Comisión contra abusos sexuales del Vaticano exige fin del encubrimiento y amparo para las víctimas ante escándalo por Juan Luis Cipriani

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La Comisión subraya que la credibilidad de la Iglesia depende de la rendición de cuentas, la transparencia y la implementación de medidas justas

La Comisión Pontificia para la Protección de los Menores (PCPM) alzó la voz este lunes para exigir un compromiso firme con la protección de las víctimas y el fin del encubrimiento, a dos días de que inicie el cónclave, cuya antesala ha estado marcada por la presencia del cardenal peruano Juan Luis Cipriani, sancionado por el papa Francisco por una denuncia de abuso sexual.

En una declaración pública, acompañada por una oración oficial en inglés y español, este organismo creado por Francisco en 2014 expresó su apoyo espiritual a los purpurados electores reunidos en Roma y urgió a priorizar la protección por encima del estatus o la reputación de los implicados.

“Unimos nuestras voces al Pueblo de Dios en una súplica por un discernimiento guiado por el Espíritu Santo, modelado por el clamor de quienes han sufrido abusos dentro de la Iglesia”, expresó el comunicado, al destacar la necesidad de que la elección del nuevo pontífice esté marcada por la justicia y la transparencia.

La comisión, que escucha a las víctimas y busca que se haga justicia, enfatizó que la protección de los más vulnerables debe ocupar un lugar central en la vida de la Iglesia. “Rezamos por los cardenales que tienen la grave responsabilidad de elegir al próximo Sucesor de Pedro, para que actúen con valentía, humildad y un firme compromiso con la protección de los fieles”, añadió.

Advirtió que la credibilidad de la Iglesia “depende de una rendición de cuentas real, transparencia y acciones concretas fundamentadas en la justicia”. También alertó sobre el riesgo de encubrir abusos para evitar el escándalo o proteger la imagen institucional.

A pesar de las restricciones impuestas por el papa Francisco, Cipriani participó en las reuniones previas al cónclave. Foto: ROME REPORTS

“Que Dios inspire a nuestros cardenales a ser líderes en la protección y defensa de los inocentes, y defensores de las personas abusadas. Que asuman como prioridad la responsabilidad de implementar políticas y medidas disciplinarias rigurosas”, concluyó la oración.

Cipriani volvió a ser visto este lunes en la décima congregación general previa a la elección papal, junto con otros 178 cardenales, incluidos los 132 que elegirán al sucesor de Francisco. Durante ese encuentro se discutieron los desafíos de la fe, el cuidado del planeta, la guerra, las divisiones internas de la Iglesia, entre otros temas, según Vatican News.

El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, dijo que durante las congregaciones se están haciendo “todos los esfuerzos para garantizar que los cardenales que deseen hablar tengan la oportunidad de hacerlo”.

Previamente, a través de un comunicado difundido por su secretaría, el purpurado señaló que acudió a Roma “tan pronto fue convocado” por el decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, lo que le permitió participar en las reuniones previas al cónclave, a pesar de las restricciones que enfrenta.

La Santa Sede ha reconocido que la presencia del cardenal peruano ha generado un escándalo, pero no especificó si tomará medidas por posibles actos de desobediencia a Francisco.

Bruni, quien fue consultado al respecto durante tres días, indicó que todos los purpurados pueden participar en las congregaciones generales y que no hay información adicional sobre el caso de Cipriani. “Sí, se ha conocido. Si no se ha tomado ninguna decisión sobre este tema, cada uno deberá sacar sus propias conclusiones”, señaló días atrás.

Críticas

El cardenal colombiano Jorge Enrique Jiménez, arzobispo emérito de Cartagena, comentó que, a pesar de la creciente polémica, “no se ha dicho ni una palabra”. Su homólogo salvadoreño Gregorio Rosa Chávez comentó al Corriere della Sera que se trata de “un problema que se conocen bien, pero como (Cipriani) no es elector (tiene más de 80 años), se quedará fuera” del cónclave.

Por su parte, el cardenal peruano Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, afirmó que la denuncia por pederastia “desacredita su idoneidad para estar en el colegio cardenalicio”.

La víctima del purpurado, cuya identidad se mantiene en el anonimato, declaró la semana pasada al diario El País sentirse indignado por la falta de acción de la Santa Sede ante lo que considera una “violación” de las restricciones impuestas. “El mensaje es que se murió el Papa y regresa la fiesta (…) es indignante verlo vestido de cardenal, como ignorando toda sanción que ha recibido, y que él mismo ha firmado. Se está burlando de la Iglesia”, señaló.

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