La pelea “a todo o nada” de la oposición contra el Gobierno amenaza la estabilidad del Senado

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El interbloque kirchnerista es el principal impulsor de varios temas que incomodan al Gobierno en el Senado (RS Fotos)

Hay semanas que, en poco tiempo, pueden convertirse en trascendentales para un Gobierno. Es lo que ocurre por estas horas en el Senado, donde la amenaza del “a todo o nada” de la oposición versus la Casa Rosada -encerrado en no conceder nada y también acelerar a fondo- pondrán en riesgo el control político de la Cámara alta y del Congreso, nada menos que ante la mirada del mercado y en plenas negociaciones de cara a las elecciones generales de medio término.

Mientras se aguarda que parte de la oposición presente un pedido de sesión especial -se pensaba para anoche, pero aún no se concretó- hay una instancia clave que, de evadirse, generaría un descontrol absoluto en el Senado: la posibilidad de que los jefes de bloque junto a la vicepresidenta y titular de la Cámara alta, Victoria Villarruel, realicen una reunión de Labor Parlamentaria para acomodar un potencial zafarrancho.

Ahora, vayamos al contexto. La semana pasada, el kirchnerismo del Frente de Todos y un puñado de legisladores “dialoguistas” avanzaron, en comisiones separadas, con los proyectos de leyes que mejora las castigadas jubilaciones, que reactiva la moratoria previsional, y que declara la emergencia en discapacidad.

El problema es que dichas iniciativas habían sido giradas también a la comisión de Presupuesto y Hacienda, comandada por el jefe libertario en el Senado, Ezequiel Atauche (Jujuy). Como algunos opositores rechazaron la falta de trabajo allí, se autoconvocaron el jueves por empuje inicial del kirchnerismo y notificaron la firma de tres dictámenes. Esto fue -con lógica- objetado ayer por las autoridades de la Cámara alta -como adelantó Infobae por evitar los pasos lógicos que marca el reglamento.

La vicepresidenta y titular del Senado, Victoria Villarruel (Gustavo Gavotti)

Las leyes en cuestión ya fueron aprobadas por Diputados y significarían, de manera objetiva, el adiós definitivo al superávit fiscal. Es lo que plantea el Ejecutivo, sin mirar siquiera un segundo la situación, por ejemplo, previsional. A todo esto, se agregaron dos proyectos que desean los gobernadores y que vieron, a través de esta ventana, no sólo una manera de fondearse sin mover un dedo -el reclamo, no obstante, tiene un argumento aceptable-, sino la de zigzaguear las eventuales escaramuzas de un debate del Presupuesto 2026. Hay que recordar que van dos planes de gastos prorrogados por la Casa Rosada, los cuales no tuvieron ni un minuto de opinión de parte del Congreso.

¿Qué está en riesgo? Imaginemos que se solicita la sesión y la misma no es validada por Villarruel, que tiene potestad para hacerlo. Si la oposición logra ir igual al recinto el jueves e inicia el encuentro, quedará plasmado que el Gobierno se despidió del control del Senado. Ni hablar si las bancadas deciden, con el crecimiento de la ola, poner en discusión a las autoridades de la Cámara alta. En tanto, para la mayoría de proyectos precisarán la habilitación con dos tercios.

Ayer, algunos bloques tuvieron reuniones e intercambios. Se espera que Villarruel haga lo mismo durante la jornada de hoy. Ante una inevitable victoria opositora, el oficialismo no puede obviar una reunión de Labor Parlamentaria para luego convocar a una sesión, lo más consensuado que pueda en medio de un escenario hostil. Ya sea esta semana o la siguiente, si es que logra dilatar el asunto.

Si las conversaciones no prosperan y el número se impone el jueves sin ningún tipo de entendimiento -el recinto es soberano y no debe haber dudas sobre ello-, la sesión derivaría en piñas monumentales para la Casa Rosada. Por eso las súplicas de horas atrás de quienes entienden un poco más el funcionamiento del Congreso. En la antesala del receso invernal que se suele inventar en el plano legislativo, el Senado le daría un fuerte dolor de cabeza a La Libertad Avanza.

Otro tema que da vueltas y se incorporaría a un encuentro sería la insistencia de la emergencia en Bahía Blanca, algo nada menor por lo que implicaría. O una declaración sobre YPF, a días del fallo negativo desde los Estados Unidos. Todas cuestiones sensibles que no pueden resolverse en redes. Al menos, es lo que muchos creen, pocos dicen y otros aprovechan para regalarle un triunfo nada despreciable a favor de Cristina Kirchner. Ella busca, pese su condena firme, demostrarle a Javier Milei que también puede manejar los hilos opositores desde su prisión domiciliaria.

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