El consultor Mario Riorda prevé una elección bonaerense pareja, polarizada y con alto ausentismo

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Las elecciones boonaerense y nacionales, escenarios de una fuerte polarización

“La provincia de Buenos Aires se encamina a una elección pareja y polarizada, sin un resultado aplastante”, afirmó Mario Riorda, analista político, experto en comunicación política y docente universitario, ante la inminencia de los comicios provinciales del próximo 7 de septiembre y las nacionales de medio término en octubre. En diálogo con Infobae, el especialista sostuvo que el escenario bonaerense se diferencia por una alta competitividad entre La Libertad Avanza y Fuerza Patria, con una marcada tendencia a la polarización.

Durante la entrevista, Riorda desestimó las proyecciones que anticipan victorias contundentes tanto para el oficialismo como para la principal fuerza opositora. Para el analista, la provincia más poblada del país será el epicentro de una disputa cerrada, signada por la puja entre dos grandes bloques y la pérdida de protagonismo de terceros espacios, mayormente surgidos de rupturas en la centroderecha y el radicalismo.

El consultor también señaló el impacto de los liderazgos locales, la fragmentación interna en el peronismo bonaerense y el desafío que implica para La Libertad Avanza presentar figuras competitivas en todos los distritos. Sostuvo que las divisiones en las principales alianzas políticas y el peso de los liderazgos seccionales son factores clave que explican la ausencia de una ola dominante.

Además, el experto advirtió sobre el peso del ausentismo y el voto joven, que pueden modificar el tablero si se profundizan las fisuras entre representación y ciudadanía. En este contexto, anticipó que la narrativa será un elemento central, ya que “quien gane va a exagerar el resultado hasta el infinito”, y remarcó que la elección bonaerense será el escenario de una competencia ideológica, marcada por la preponderancia de los votos “anti”, antes que por preferencias de gestión.

La entrevista a Mario Riorda

Mario Riorda es experto en comunicación política y estrategia

– Le pido una mirada general sobre el escenario político, a pocas semanas de la elección bonaerense, y a casi tres meses de los comicios nacionales de medio término.

– Argentina entró a un proceso de polarización absolutamente radical. Y la característica, independientemente de juzgar lo bueno o lo malo que eso puede generar, es que el status quo en este tipo de escenarios hace que no haya grandes movimientos hacia un lado y hacia el otro.

Desde la oposición, se plantea que con la unidad se vuelven competitivos. Y… más o menos.

Desde el oficialismo, lo que se dice es que la victoria va a ser aplastante. Y también… más o menos.

La síntesis de esta pulsión es imaginar un escenario donde es más probable ver al oficialismo como una primera minoría consolidada antes que una mayoría aplastante.

En primer caso, hay un estudio muy interesante de María Laura Tagina que establece que solamente en cinco situaciones la performance del oficialismo en la primera elección legislativa es mejor que el voto ejecutivo previo. Lo segundo es que una cosa es medir intención de voto partido por partido y otra es cuando se mide con nombre y apellido. Cuando esa intención de voto en los distintos escenarios y en los distintos competidores que están al frente de La Libertad Avanza, la cosa cambia totalmente.

Por ejemplo, en el epicentro del mileismo a nivel nacional, que es Córdoba, si Juan Schiaretti encabeza la lista, probablemente gane. En la intención de voto por partido, La Libertad Avanza arranca ganando Misiones, pero si fuera Oscar Herrera Ahuad, ganaría el Frente Renovador. Se dice que en Neuquén la Libertad Avanza está primero, pero si fuera la ministra Julieta Corroza, ganaría. En La Rioja, que hay posibilidad de empate partido por partido, pero si fuera Gabriela Pedrali, ganaría. Incluso, último dato, en la Tercera Sección Electoral de la provincia de Buenos Aires, que siempre da que hablar, en la intención de voto por partido se decía que la Libertad Avanza estaba arriba catorce puntos, pero de golpe en los primeros números, Magario encabezaría por muchos puntos.

–¿Puede ganar el peronismo en la Tercera Sección Electoral?

– Hay encuestas que están indicando eso. Lo que planteo es que es totalmente esperable una diferencia allí para el PJ cuando se le pone nombre y apellido a los candidatos.

– Entiendo.

– Tercer lugar, que el mileismo tiene candidatos desconocidos o reciclados de segundas o terceras líneas de otros partidos. Eso le quitó novedad y espectacularidad. No en todos los distritos aparecen figuras fuertes, como Manuel Adorni o Patricia Bullrich en la ciudad de Buenos Aires, o como puede significar Luis Petri en Mendoza. En el resto de distritos no hay figuras similares.

En cuarto lugar, el oficialismo está en una situación de fractura expuesta por todos lados. Fractura con el PRO en algunos distritos, con la UCR e incluso en el seno interno del oficialismo, como puede ser el caso de Victoria Villarruel, o las tensiones públicas que se vieron en lo que se llama “Triángulo de Hierro”.

También hay encuestas que indican una tendencia declinante del oficialismo, con más imagen negativa que positiva. Y el antimileismo empieza a tener mayor alcance que el mileismo. Por todo esto, repetir la performance del balotaje suena bastante extraño, porque La Libertad Avanza incluso compite en distritos que lo apoyaron en la segunda vuelta, como por ejemplo en Corrientes en la próxima elección a gobernador.

El último elemento significativo, es que en términos de valoración, el Gobierno no tiene ningún área con diferencial positivo. Vale decir que la totalidad de la actuación es más rechazada que valorada.

Conclusión: matemáticamente el oficialismo puede tener ganancia en términos del número legislativo en las dos Cámaras, porque parte de una elección muy mala, pero en término de opinión pública, en término de esa oferta adjetivada como “aplastante”, no lo veo. Creo que podría consolidarse como una minoría, que además, cuando es competida -como sucedió en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y está sucediendo en muchas provincias- La Libertad Avanza puede tener victorias, pero muy discretas.

– ¿No va a ser La Libertad Arrasa?

– No, de ninguna manera. No va a ser nunca una mala elección en término de la lectura nacional, pero de ninguna manera hoy hay chances para que el resultado se vuelva aplastante. Gran parte de la explicación tiene que ver con el desacople electoral en Argentina, donde los oficialismos provinciales prácticamente tienen autonomía en la oferta y están muy poco conmovidos por la dinámica nacional, a excepción de la ciudad de Buenos Aires o en la provincia de Buenos Aires, que aparentemente tampoco va a ser tanto.

Axel Kicillof con Magario y Mayra Mendoza y candidatos de la Tercera Sección

– En el ejemplo concreto de CABA, se produjo una novedad de primer orden: el Pro, que es gobierno, terminó tercero.

– Es un cambio de primera magnitud, pero allí concurrieron varias cosas. Primero, no hay ningún distrito en el país donde haya dos personalidades fuertes con relativa autonomía electoral, peso propio e independencia del arrastre de Milei, como significó Manuel Adorni y, probablemente, pueda significar Patricia Bullrich. Ahora, con todo ese arrastre, el resultado fue treinta puntos, que es lo esperable en el caso de Patricia Bullrich. Segundo elemento…

– ¿Patricia Bullrich treinta puntos?

– Si tiene más de treinta, tiene levemente más de treinta. Segundo punto: en CABA se dispersó la oferta desde la centroderecha hacia la ultraderecha. Compitió La Libertad Avanza, compitió el PRO, el ex jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y compitió Ramiro Marra. Podría agregar que también compitió el ausentismo. Tampoco es que hubo una nacionalización en esa oferta, porque ese escenario no se va a repetir en ningún otro distrito por todo este tipo de razones.

– ¿Creés que los liderazgos territoriales le van a restar al candidato libertario?

– Como mínimo, lo compiten y en gran parte le ganan. Las únicas dos provincias hoy que quedan con signo de interrogante hasta dónde van a generar nivel de competitividad para que arrase o sea muy contundente el triunfo son Mendoza y Entre Ríos. Ninguna otra.

– Que es la fórmula de Chaco.

– Así es, la fórmula de Chaco. Pero Chaco habrá que verlo, porque una cosa es la elección provincial y otra cosa es la elección nacional.

– Volvemos a provincia de Buenos Aires, que tiene una dinámica propia y una urgencia porque es la primera elección…

– La segunda. La primera elección es la de Corrientes.

– ¿Va a tener impacto nacional Corrientes?

– Es la primera elección de gobernador del año.

– Lo digo por la significación política nacional de la provincia de Buenos Aires.

– En este escenario hay tres lecturas. Uno: quien gane va a exagerar el resultado hasta el infinito, desde la puja de encuadre, tratando de nacionalizarla. Primer gran punto. Por lo tanto, el resultado va a ser poco fiel del alarde que va a hacer quien gane.

– La disputa por la narrativa…

– De la narrativa, exactamente. Lo que llamo puja de encuadres.

– Exacto.

– Punto dos: una cosa es analizar a todo Buenos Aires y otra cosa es analizar dos distritos concreto, como son la Primera y Tercera Sección. ¿Qué aparentemente empieza a suceder? Que hay enorme competitividad, prácticamente una situación muy cercana a una polaridad en términos de la oferta competitiva en la Primera, y aparentemente una situación de mayor ventaja para el peronismo en la Tercera. Esta idea nuevamente de una tendencia apabullante a nivel provincial a favor del oficialismo pareciera ser que no es tal y que en general, de antemano, uno va a imaginar que los dos espacios que compiten con mayor fuerza, La Libertad Avanza y Fuerza Patria (peronismo), van a tener resultados dignos, quitándole espacio a las terceras y cuartas fuerzas que se han constituido, que tienen una característica importante: mayormente vienen por alguna escisión de la derecha o de la centroderecha, mayormente del PRO y del radicalismo.

– ¿Esas escisiones perjudican más a un electorado más cercano al mileismo que al peronismo?

– No diría cercano al mileismo, pero sí a sectores que claramente apoyaron en el balotaje a Milei.

– No peronistas.

– Así es, no peronistas, que fueron constitutivos de un voto de segunda vuelta a Milei.

Máximo Kirchner en reunión consejo del PJ bonaerense

– Abordemos el tema del peronismo, porque llega a la elección bonaerense con una unidad forzada, traumática, casi una unidad artificial.

– Al peronismo le queda cómodo estas próximas elecciones, porque si bien se le llaman elecciones provinciales en Buenos Aires, lo cierto es que son seccionales. Y en cada sección, los distintos pesos internos se hicieron valer. En la próxima elección de octubre, si bien son nacionales, en realidad también son distritales, cada peronismo provincial va a tener su propia dinámica identitaria. Me parece que en una situación compleja, sin un liderazgo atractivo electoralmente en este momento, este escenario le queda relativamente cómodo, cosa que probablemente no hubiera sido así si se tratase de una próxima elección presidencial.

Sí, queda claro que el peronismo empieza a advertir que el antimileismo empieza a ser cada vez más potente, pero no logra capitalizarlo, porque ese 55% de rechazo a nivel nacional de ninguna manera se corresponde de lo que significaría la oferta peronista. Incluso, ese rechazo puede asumir la idea del ausentismo. En el ausentismo hay mucho voto que eligió a Milei como presidente, particularmente en el balotaje, y que hoy no necesariamente está acompañando, pero tampoco ve a nadie en la oposición.

– Hay un escenario general, con Cristina condenada, los intendentes con Axel Kicillof, por un lado; La Cámpora, por el otro; y Massa tratando de mediar y compensar. ¿Qué mirada tiene sobre el fenómeno de las internas e intrigas del peronismo bonaerense?

– Cuando hay fenómenos de polarización, todo lo que sucede internamente queda mucho más sujeto al impacto “intra líderes” y en el núcleo de ciudadanos altamente politizados más que en el total de la población, Esto le pasa en términos de ruido e impacto al PJ, pero también le pasa a La Libertad Avanza.

¿Qué se ve en término de opinión pública? Que los impactos electorales de estos ruidos internos son prácticamente insignificantes. Y además, particularmente en el caso de Cristina Fernández de Kirchner, está mucho más circunscrito en la narrativa a lo que sucede en la provincia de Buenos Aires, más que en los otros veintitrés distritos del país, donde esa narrativa prácticamente está ausente.

Los peronismos, federalmente hablando, son totalmente distintos e incluso hay peronismos altamente conservadores, donde una cosa significó el apoyo a Cristina Fernández de Kirchner, y otra cosa significa que esa narrativa de la defensa de ella esté presente en la propia campaña electoral.

– Vamos al tema del ausentismo y el impacto político. ¿Qué motivación hay en este fenómeno? ¿y cómo puede afectar en el tablero general? ¿Quiénes son los que más se están ausentando, el electorado filoperonista o el antiperonista?

– La afectación es bastante transversal. En algunos estudios reservados -recibí análisis de tres provincias- la afectación es bastante transversal. No es que desproporcionadamente el ausentismo afecte más a uno que a otro. La gran duda es si este ausentismo, que lo estamos viendo hasta ahora en nueve elecciones provinciales, va a ser parte de un ausentismo en las elecciones nacionales. Eso no lo sabemos, y a juzgar por algunos estudios, daría la sensación que podría ser algo menor.

Los propios oficialismos, cuando convocan anticipadamente, es porque quieren desnacionalizar el discurso e incluso, no solamente desnacionalizar, sino bajar el nivel de expectativa de esa elección. Bajar el nivel de expectativa significa restarle importancia a la trascendencia del acto electoral.

Hay un componente bien marcado que esta afectación, aunque sea transversal, es mucho más significativa en los jóvenes. Como señal de alerta, también representa algún impacto potencialmente superior en desmedro del oficialismo, que es por lejos la fuerza que más captó el voto juvenil en la última elección y que hoy lo sigue manteniendo a su favor, pero que empieza a tener fisuras en áreas críticas, como educación pública, jubilaciones y discapacidad. Son temas que la juventud, aun manteniéndose en la idea de valorar positivamente el Gobierno, le empiezan a molestar significativamente.

– ¿En el caso de la provincia de Buenos Aires, también va a tener un impacto?

– La oferta se ha ampliado, incluso con las escisiones que mencionábamos, pero también es interesante que, comparativamente, volvamos a discurrir sobre esta diferenciación. Si bien se trata también de una de las tantas elecciones provinciales, la décima, su característica tiene impacto nacional y va a tener impacto nacional sobre la puja de encuadre, sobre las narrativas.

– En la mayoría de las elecciones, salvo Formosa, el resto estuvo bordeando el 50%

– No solamente eso. En Rosario fue menor al 50%.

– Ahora, una cosa es un mensaje dirigido al 100% de la gente que debería votar y otra es afrontar una campaña con la mitad de la gente desmovilizada. ¿Eso puede cambiar la campaña?

– Cuando tiene poco voto en un sistema de voto obligatorio, evidentemente, se activa la radicalidad de las campañas. Cuando hay elecciones de voto optativo -como por ejemplo en Estados Unidos- muchas veces la radicalización es un activo. Uno puede criticarlo, pero no deja de activar por el enojo. Aunque estamos en un sistema de voto obligatorio, si la gente no va a votar, da la sensación que el aumento en los niveles de polarización, como evidentemente se ve, puede ser un activante.

¿Qué es lo que han hecho los oficialismos provinciales? Desactivaron. Aquí, la puja está dada por sectores que sí quieren activar.

– ¿Qué temas van a ser los decisivos para la elección o para la campaña bonaerense?

– No creo que haya temas focalizados. Lo escribí en una columna de Infobae hace mucho tiempo sobre cinco hipótesis de Argentina. La más significativa para mí de esas hipótesis era si el anti kirchnerismo se mantenía como variable central de agenda o si el anti mileismo empezaba a ocupar escena.

¿Por qué es tan importante este debate sobre los antis? Porque el voto hoy pareciera ser está bastante más lejos de la calidad de un buen gobierno, lo que se llama voto retrospectivo, voto por desempeño gubernamental, donde no importa tanto la calidad de las políticas públicas, sino preferentemente el voto ideológico.

La preponderancia, la articulación del voto con dinámicas de composición ideológica es mucho más explicado por lo anti que por lo pro. Más que centrarse, siempre va a haber debates de políticas, evidentemente, pero me parece que la provincia de Buenos Aires va a ser el primer ensayo nacional de si puja o prima un voto anti Milei antes que el voto anti K.

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