Crisis en Ferrari: tras el ataque de furia de Leclerc, Hamilton lanzó una contundente frase que causó estupor en la F1

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Ferrari llegó al Gran Premio de Hungría 2025 con grandes expectativas. Sin embargo, todo se esfumó a lo largo de las 70 vueltas que demandó el circuito de Hungaroring. Tanto Charles Leclerc como Lewis Hamilton estuvieron lejos de los McLaren de Lando Norris y Oscar Piastri, es por eso que ambos pilotos evidenciaron la crisis de la escudería en declaraciones a los medios.

“Vamos a ver”, expresó Hamilton con un tono que reflejaba más incertidumbre que esperanza, cuando la cadena ESPN le preguntó si regresaría más fuerte tras el receso de la Fórmula 1. La frase, breve y cargada de ambigüedad, dejó al descubierto el estado de ánimo del heptacampeón en su primera temporada con la escudería de Maranello, una etapa que, lejos de la expectativa inicial, se ha tornado en una sucesión de frustraciones y autocrítica.

Hamilton terminó en el 12° puesto, idéntica posición a la que ocupó en la parrilla de salida, y se marchó del circuito sin sumar puntos, lo que lo mantiene en la sexta posición del campeonato de pilotos con 109 unidades. La jornada, lejos de ofrecer señales de recuperación, acentuó la distancia entre el rendimiento esperado y la realidad de su desempeño en el equipo italiano.

Ferrari no pudo cumplir las expectativas en el GP de Hungría (REUTERS/Jakub Porzycki)

El ambiente en Ferrari tampoco resultó más alentador para Leclerc. El monegasco, que había sorprendido con la pole el sábado, perdió ritmo durante la carrera y descendió posiciones hasta quedar fuera del podio. Su frustración se hizo patente en la vuelta 53, cuando transmitió por radio un mensaje contundente al equipo: “Esto es increíblemente frustrante. Hemos perdido toda competitividad. Sólo tienen que escucharme, habría encontrado una forma diferente de gestionar esos problemas”.

Leclerc anticipó la dificultad de mantener el podio: “Ahora es simplemente inmanejable, inmanejable. Sería un milagro si termináramos en el podio”. Finalmente, su pronóstico se cumplió y, tras perder la posición con George Russell y recibir una penalización de 5 segundos por una maniobra defensiva, la tarde de Ferrari en Hungaroring se cerró con un saldo amargo.

“La decepción y la frustración están ahí de todas formas, porque si había una oportunidad en la temporada en la que podíamos haber ganado era hoy. El ritmo estaba ahí hoy. En el primer stint lo había, en el segundo hasta la vuelta 40 más o menos. Luego, en las últimas 30 vueltas, perdimos unos 45 segundos… Estoy muy decepcionado, pero así son las carreras. Y ahora que entiendo lo que pasó entre bastidores… Son cosas que no se pueden predecir”, añadió el monegasco.

Hamilton culminó en el puesto 12 del GP de Hungría (REUTERS/Jakub Porzycki)

La tensión ya se había manifestado el sábado, durante la clasificación. Hamilton no logró superar la Q2 y quedó relegado al 12° lugar, mientras Leclerc se adueñaba de la pole position. En ese contexto, el británico lanzó una autocrítica inusualmente dura: “Soy inútil, absolutamente inútil”, reconoció, en declaraciones recogidas por Sky Sports.

La periodista le preguntó si existía alguna solución para mejorar el rendimiento del auto, a lo que Hamilton, visiblemente frustrado, respondió: “Ahí está el problema: el otro auto está en la pole, así que probablemente deban cambiar de piloto”. Estas palabras, sumadas a su actitud tras la carrera, consolidaron la percepción de un piloto atrapado en una dinámica negativa.

El contraste entre las expectativas depositadas en la llegada de Hamilton a Ferrari y la realidad de los resultados se ha vuelto insoslayable. Tras doce años en Mercedes, el británico desembarcó en la escudería de Maranello con la intención de devolverle protagonismo, pero la falta de competitividad y los errores estratégicos han minado su confianza.

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