Fuerza Patria se aferra a la tregua para la campaña en PBA y espera un cierre menos traumático a nivel nacional

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Axel Kicillof con Mayra Mendoza y candidatos de la Tercera sección

“Cada uno hace campaña por su lado. No hay una gran coordinación, pero hay calma”, fue la síntesis que hizo un referente del cristinismo en el inicio de la tercera semana de campaña. Axel Kicillof, Sergio Massa, Cristina y Máximo Kirchner llevan adelante el modo electoral jugando su propio juego. Cada uno por su camino, pero todos con un mismo objetivo.

El peronismo vive el proceso electoral abrazado a una tregua que, pese a todos los pronósticos, ya lleva dos semanas sin demasiadas fisuras. Es endeble, está apenas pegada, pero sirve para sostener un relato contra la política económica del gobierno de Javier Milei.

En ese marco se negociará la lista de diputados nacionales de la provincia de Buenos Aires, donde debe darse un nuevo acuerdo entre las tres partes más importantes para que haya fumata blanca. En todas las terminales esperan que la negociación sea menos traumática que la del cierre provincial.

En La Plata piden que se les adjudique los cuatro lugares de los legisladores que responden a Kicillof, que son parte de la cámara actualmente y a los que se les vencen los mandatos. Es el caso del titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky; el ex ministro de Salud bonaerense Daniel Gollan; el ex intendente Florencio Varela Julio Pereyra y la joven del peronismo matancero Brenda Vargas Matyi.

Axel Kicillof junto a Gabriel Katopodis, el primer candidato a senador de la Primera sección electoral (Prensa gobierno PBA)

En el cristinismo se refugian en el silencio pero advierten que CFK tendrá injerencia en el punteo de las listas. La nómina de diputados bonaerenses siempre ha sido uno de los puntos de resistencia del kirchnerismo en las discusiones por los lugares. Es una definición importante para el poder dentro de la cámara y en la provincia de Buenos Aires.

La tregua que hoy vive el peronismo bonaerense se divisó en las fotos y en las actividades, en los rostros de los dirigentes que estuvieron en la trinchera de la interna durante más de un año. Donde había gestos adustos, ahora aparecen sonrisas de unidad. Todos saben bien sobre la necesidad de no retomar las discusiones en pleno proceso electoral y actúan en consecuencia.

Axel Kicillof es el que está haciendo más campaña en el territorio con el contraste de modelos. Ayer lo dejó en claro en una de las actividades que encabezó. Estuvo presente en la inauguración del nuevo edificio de la Escuela de Educación Especial N°536 en la ciudad de La Plata. Allí apuntó contra el Presidente y empujó contra los extremos las diferencias entre su gestión y la de la Casa Rosada.

“Esta inauguración es la demostración del contraste entre dos modelos de país: el mismo día que Javier Milei vetó una ley que ayudaba a las personas con discapacidad, en la provincia de Buenos Aires estamos inaugurando una escuela de educación especial”, aseguró. Y agregó: “El veto no tiene que ver con cuestiones presupuestarias, sino más bien con prioridades: nosotros creemos en un Estado que no permanece indiferente y garantiza el derecho a la educación”.

Sergio Massa es uno de los dirigentes que colaboró para sellar la tregua

Cada uno por su lado. Cada uno con sus palabras, sus formas, sus textos, sus ideas. Pero todos unificados detrás de la idea de confrontar con Milei y esperanzados en hacer una elección mejor de la que esperaban a principio de año.

Máximo Kirchner es uno de los dirigentes que más se concentró en los medios, las conferencias y los plenarios. Desde esos lugares mantiene su discurso activo y le esquiva a la conflictividad de la interna.

Sergio Massa, que cumplió un rol importante en la consolidación de la tregua, se volcó a las redes sociales para publicar algunos videos resaltando “la fuerza de la unidad”, mientras que Cristina Kirchner convirtió su voz en afiches y lanzó una campaña callejera con postales de frases suyas. Además suele enviar audios a distintos plenarios del peronismo bonaerense. Es su forma de estar presente desde San José 1111.

Por estas horas el mayor temor del peronismo bonaerense reside en los movimientos de Juan Grabois. El dirigente social se convirtió en un personaje fuerte en el micromundo justicialista y en los últimos días amenazó con plantar una lista por afuera de la de Fuerza Patria para competir en las elecciones nacionales del 26 de octubre.

Juan Grabois y Máximo Kirchner durante un encuentro en Lomas de Zamora

Cristina Kirchner habló con Grabois, luego de que criticara nuevamente a Massa, y le pidió bajar los decibeles. Desde su departamento en Monserrat, donde cumple con la prisión domiciliaria, trabaja en el armado del peronismo, tanto a nivel bonaerense como nacional. Talla en varios acuerdos provinciales y mantiene una idea firme: hay que cerrar la unidad sin demasiadas concesiones. Si es necesario, que la unidad duela.

El último viernes el dirigente social compartió un acto con Máximo Kirchner en Lomas de Zamora. Fue una señal positiva para la dirigencia que quiere aplacar cualquier tipo de conflicto que se genere. Pero, aún así, en el kirchnerismo no descartan que Grabois pegue el portazo y presente una lista por afuera. Que, en definitiva, siga la línea que hizo pública Ofelia Fernández, quien habló de la necesidad de que el peronismo vaya dividido en estas elecciones para saldar las diferencias existentes.

El próximo jueves se vence el plazo para presentar las alianzas nacionales. Será una parada clave para que el peronismo reafirme el camino tomado en la provincia de Buenos Aires y trabaje en sellar las grietas internas con las que convive cada día. Serán horas cruciales para que la unidad no entre en una zona de riesgo.

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