Sobre el fin de Windows 10: “queremos mantener seguros a los usuarios”, dice el ejecutivo de Microsoft a cargo

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Windows 10 comenzó hoy su gira despedida. El sistema operativo que Microsoft presentó en septiembre de 2014, hace once años es, desde hoy, un sistema operativo obsoleto: no porque tenga sucesor (ese es Windows 11, disponible hace cuatro años), sino porque la compañía deja, desde hoy, de darle soporte. No habrá mejoras, ni correcciones. Queda como está.

En rigor, este sistema operativo tiene un retiro de largo aliento por delante: Microsoft permite sumar un año de actualizaciones de seguridad (gratis para usuarios hogareños), el antivirus Defender -que viene integrado en Windows 10- recibirá actualizaciones hasta octubre de 2028; las aplicaciones de Microsoft 365 (el Office) tendrán parches de seguridad hasta octubre de 2028. Así que tampoco es que deja de funcionar de un día para el otro.

Las actualizaciones de seguridad extendidas de Microsoft ofrecen un año extra de protección para Windows 10

Pero para muchos usuarios el vencimiento es prematuro: sus computadoras con Windows 10 siguen funcionando razonablemente bien, incluso las que no tienen el hardware adecuado para migrar (gratis) a Windows 11. ¿Por qué cambiar, si además Windows 11 tampoco es una revolución, y si las funciones más distintivas –todo lo relacionado con el uso de las herramientas de IA integradas en Windows 11– requieren una computadora de ultimísima generación?

“Es sobre todo una cuestión de seguridad -explica Mark Linton, vicepresidente de Windows y Dispositivos de Microsoft-. En estos diez años el panorama de seguridad informática cambió muchísimo, y creemos que Windows 11 es la herramienta adecuada para nuestros usuarios. Queremos que los usuarios migren a hardware más seguro, que pueda afrontar las amenazas actuales”, dice, en referencia a los dos componentes que definen (desde el primer día) si una computadora puede migrar de Windows 10 a Windows 11: el booteo seguro y TPM 2.0, un chip criptográfico que incluyen las computadoras que llegaron al mercado en, al menos, el último lustro (las anteriores pueden tener el TPM 1.1, que Microsoft no considera suficientemente seguro).

Una década de vida

Para Linton, el cierre de Windows 10 no es apresurado: el ciclo de vida de una década que está experimentando Windows 10 es el mismo que viene aplicando hace tiempo. El ciclo de vida oficial de Windows XP fue de 2001 a 2014; el de Windows 8, de 2012 a 2023. No es menos cierto, no obstante, que el hardware ha evolucionado muchísimo y que un equipo antiguo (de 10 o 15 años) se puede usar sin mayor inconveniente para muchísimas tareas actuales, si se le tiene un poco de paciencia, se lleva al máximo la RAM y se cambia el disco rígido por un SSD.

La renovación de Windows permite, así, tener un parque de equipos más seguros (el universo Windows llega a los 1400 millones de equipos en uso, según Microsoft). Y también un negocio: aunque ya no es su fuente principal de divisas, impulsar la actualización del parque de equipos es una manera de mantenerlo dinámico, y de poder sumar funciones nuevas sin tener que estar luchando eternamente con las limitaciones que impone hardware más antiguo.

No es menos cierto que los equipos que se quedan con Windows 10 no van a implosionar de un día para otro: simplemente estarán más expuestos si alguien encuentra una falla de seguridad importante, pero seguirán funcionando.

¿Qué queda por hacer, entonces? Lo ideal es migrar a Windows 11, el sistema operativo más moderno de Microsoft y el que, al menos por un lustro, será su herramienta principal, pero esto puede llegar a requerir invertir en hardware nuevo.

Actualizaciones extra por un año

Quienes no quieran o no puedan hacerlo tienen un año extra de parches de seguridad (el programa de Actualizaciones de Seguridad Extendidas) para analizar alternativas.

También es posible forzar una migración a Windows 11 en un equipo no compatible (que no tiene TPM 2.0 e inicio seguro), pero Microsoft no lo recomienda porque puede traer incompatibilidades; requiere, además, modificar el Registro de Windows, una pieza clave del sistema operativo, por lo que debe hacerse con cuidado; pero es posible.

Otro camino más drástico es cambiar de sistema operativo para instalar en esa computadora antigua, un Linux o Chrome OS, como contamos en esta nota; no es una solución mágica, requiere invertir algo de tiempo en la conversión y su conveniencia dependerá del uso que se le da a ese equipo.

Por lo pronto, el camino más sencillo es activar el programa de actualizaciones de seguridad extendidas, que mantendrá a Windows 10 protegido hasta el 13 de octubre de 2026. Se hace con un par de clics y es gratis.

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