Disciplinado y con lectura táctica: quién es el árbitro italiano que estará en la final del Mundial Sub 20 entre Argentina y Marruecos

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El italiano Maurizio Mariani dirigirá la final del Mundial Sub 20 (Foto Reuters/Andrew Boyers)

El Estadio Nacional de Santiago será escenario esta noche del choque entre la Argentina y Marruecos por la gloria suprema del Mundial Sub-20, y en medio del clamor, la presión y la historia, un nombre europeo cargará sobre sus hombros el peso de la justicia: Maurizio Mariani.

Árbitro italiano, de 43 años, nacido en Roma, miembro de la Asociación Italiana de Árbitros (AIA) y representante de la sección de Aprilia. El colegiado europeo, que ya tuvo contacto con la selección argentina al dirigir su encuentro frente a Nigeria durante el certamen, ahora será el encargado de impartir justicia en el partido final.

La trayectoria de Mariani se forjó en el exigente y competitivo mundo del arbitraje italiano, donde el margen de error es tan estrecho como la crítica es feroz. Ingresó a la élite de la Serie A hace más de una década, consolidando una carrera caracterizada por la disciplina, la precisión técnica y la constancia.

Desde 2019 integra la nómina de árbitros internacionales FIFA y a finales de 2024 la UEFA lo promovió a su categoría Élite, el máximo escalón continental, solo reservado para quienes proyectan condiciones para arbitrar Copas del Mundo. En los últimos años, su silbato resonó en los principales escenarios de Europa: Champions League, Europa League y Copa Italia, donde dirigió la final 2024-2025.

Mariani es habitual protagonista de las competencias europeas. En la foto dialoga con el Cholo Simeone en un Liverpool- Atlético Madrid por Champions League (Foto Reuters/Andrew Boyers)

Su experiencia se extendió además al continente americano, como parte del programa de intercambio UEFA-CONMEBOL, que lo llevó a participar en la Copa América 2024, donde conoció de cerca la intensidad, el contacto y la emocionalidad del fútbol sudamericano.

En el universo de los jueces europeos, Mariani no pertenece al grupo de los carismáticos mediáticos, sino a los que convencen por consistencia y lectura táctica.

Su estilo es sobrio, racional y estratégico: busca controlar el partido más con autoridad y ubicación que con castigo.

Promedia cuatro tarjetas amarillas por encuentro y 1 roja cada 2 encuentros con tendencia al equilibrio y cierta prudencia que, en contextos de fricción elevada, puede verse con una tendencia conservadora. Desde lo físico, recorre en promedio 10 kilómetros por partido, con un tiempo efectivo de juego cercano a los 55 minutos, y un promedio de 25 faltas físicas, sancionadas por encuentro. Su lectura posicional es una de sus fortalezas: interpreta con acierto las faltas tácticas y las ventajas en zonas sensibles del campo, aunque en partidos de alta tensión se le han observado momentos de duda en decisiones disciplinarias límite.

Aun así, su orden técnico y serenidad lo mantienen como uno de los árbitros de mayor proyección italiana hacia el próximo Mundial absoluto.

A su lado estarán dos asistentes de jerarquía internacional: Daniele Bindoni, italiano, asistente FIFA con recorrido en torneos europeos y mundiales juveniles. Alberto Tegoni, también italiano, distinguido por su precisión en las líneas de fuera de juego y su lectura anticipada del juego. El cuarto árbitro será el estadounidense Joseph Dickerson, acompañado por Logan Brown como asistente de reserva. Una terna de colaboración transatlántica que simboliza la unión entre los estilos europeo y americano, bajo la atenta supervisión de la FIFA.

Mariani y Dubi Martínez en un choque entre PSG y Aston Villa por la Champions League (Foto REUTERS/Stephanie Lecocq)

Mariani llega a esta final con una misión tan delicada como trascendente: garantizar que el campeón se defina por el fútbol y no por el arbitraje.

Argentina, con su talento y fuego competitivo, pondrá a prueba su concentración y temple. Marruecos, táctico y combativo, exigirá precisión en la interpretación del contacto y criterio en la administración disciplinaria.

En una noche que quedará en la memoria del fútbol juvenil, la justicia hablará con acento italiano, y en la mano firme de Mariani quedará escrito un capítulo más de la eterna búsqueda del equilibrio entre el poder, la pasión.

En esta noche chilena, Mariani no solo dirigirá un partido: administrará un destino. Entre la pasión de Argentina y la disciplina de Marruecos, su desafío será mantener el equilibrio entre emoción y justicia. Y cuando el balón empiece a rodar, la voz del reglamento se escuchará con acento italiano.

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