Círculo rojo: el rediseño post electoral de la gestión, la decisión de Milei y la Casa Blanca en el centro de la escena

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Karina Milei y Santiago Caputo

“Sí, absolutamente”, le respondió Javier Milei a Esteban Trebucq, en la noche del jueves, cuando el periodista le preguntó si Santiago Caputo tendría después de las elecciones un “rol central” en el gabinete. Esa respuesta provocó un tembladeral interno. No tanto por la definición en sí -¿de qué otra manera podría haber contestado el Presidente?-, si no por que los dichos estuvieron precedidos por una ofensiva interna feroz por parte del consultor que lanzó una bomba de napalm sobre las cúpulas de la Jefatura de Gabinete, la Cancillería y la presidencia de la Cámara de Diputados.

Guillermo Francos, al que desde la cúpula oficial del PRO consideran la voz más racional del Gobierno, está harto de las operaciones. Es una incógnita qué lugar tendrá -¿lo tendrá?- en la reorganización del Gabinete de la que tanto se habla en estos tiempos -el ministro Lisandro Catalán, su protegido, se mantiene en un segundísimo plano en plena mención de la construcción de acuerdos de gobernabilidad con las provincias y aliados. Francos se recluyó estos días puertas adentro y guardó un prudente silencio después de afirmar, la semana anterior, que era hora de que Caputo blanqueara su rol y empezara a “firmar”. No se sabe si lo hizo para enviarle un mensaje interno al asesor presidencial, para hacerle un favor o para exponerlo.

Gerardo Werthein también está molesto. Desde Las Fuerzas del Cielo se lo expuso públicamente por las confusas declaraciones de Donald Trump, que se refirió primero a la elección del próximo domingo como una instancia presidencial y pareció atar el rescate del Tesoro norteamericano a ese resultado, lo que provocó un cimbronazo -otro más- en los mercados. El salvataje corrió por cuenta del propio Trump, en la red Truth social, aunque tuvo que intervenir Scott Bessent, que en 26 días, desde el 22 de septiembre hasta este viernes, le dedicó 13 posteos en X a la Argentina. Es decir, uno cada dos días.

La disputa entre Werthein y Caputo ya lleva muchísimos meses. Y se agudizó desde la entrada de Nahuel Sotelo a la Cancillería como secretario de Culto, un nombramiento que provocó tensos chispazos en el Palacio San Martín. Una versión da cuenta de que, cuando asumió, el consultor le prometió a Sotelo que ese sería el primer paso para reemplazar más tarde al canciller, a pesar de que, en el mundillo diplomático, el legislador provincial electo no acumula suficientes pergaminos. ¿Otra vez suena el maleable Daniel Scioli? Tal vez esa versión anterior llegó a oídos de Werthein, que se ocupó en entablar con Sotelo una puja directa. Incluso en algún momento se especuló con la posibilidad de mudar Culto a otra área del organigrama cuando la interna se tornó insoportable.

Gerardo Werthein, Guillermo Francos, Bartolomé Abdala y Victoria Villarruel

Para esa época, el papado de Francisco todavía tenía injerencia en la Cancillería, y Sotelo había intentado entonces una serie de acercamientos con el Vaticano, mientras el subsecretario de Culto, Agustín Caulo, reforzaba relaciones con la Conferencia Episcopal. A propósito, esta semana tendrá lugar en Roma el Jubileo de los Movimientos Populares, en lo que será el quinto encuentro de ese estilo, impulsado en su momento por el Papa Francisco -continuado ahora por León XIV– y Juan Grabois, que ha tenido un rol protagónico en el Vaticano durante el papado del argentino. Enfrascado en la última semana de campaña, el candidato del peronismo estará representado por Alejandro Gramajo, “Peluca”. También viajarán a la Santa Sede Roberto Álvarez, secretario del sindicato de empleados de ARCA, y el presidente de la CEA, monseñor Marcelo Colombo.

Triángulo en pugna. La reorganización del gabinete libertario y del sistema de toma de decisiones desplegado por Milei cuando echó el año pasado a Nicolás Posse de la Jefatura de Gabinete acarrea ahora un dilema mayúsculo: qué piensa Karina Milei, que hasta ahora mostró un implacable poder de veto y una influencia decisiva en las acciones presidenciales. Hay señales, de todos modos, en sectores vinculados con la hermana del mandatario que empiezan a exhibir un cambio de clima en relación al juego de poder interno. Hay quienes auspician, llamativamente, una mayor injerencia del consultor estrella del gobierno.

“Tranquilos. No hay que entrar en el juego. El tiempo acomoda las cosas”, es una de las frases que le atribuyen a la secretaria general de la Presidencia cada vez que la interna se torna invivible y la avanzada del sector de Santiago Caputo cobra vigor, como en la última semana y media.

Martín Menem, el presidente de la Cámara de Diputados, es tal vez uno de los blancos predilectos de Las Fuerzas del Cielo junto a su primo Eduardo, “Lule”. Hasta ahora, influenciado por su hermana, el Presidente no dio señales de que vaya a desprenderse de los Menem. En esa familia se recuerda una anécdota del 2021, de noviembre, cuando Milei viajó hasta La Rioja y se presentó ante miles de personas en la plaza 25 de Mayo. Ese día, en la cocina de la casa de Eduardo Menem, hermano del ex presidente, “Lule” le dijo: “Vos tenés que ser presidente”.

Martín Menem está resignado. Estaba de recorrida en Formosa, en pleno acto, cuando el Presidente declaró sobre el futuro de su asesor estrella en los estudios de LN+. Una vez que terminó el acto revisó ese pasaje de la entrevista. En su entorno lo desdramatizaron, aunque son conscientes de que cerca del consultor se impulsa a Cristian Ritondo para ese sillón.

Santiago Caputo y el consultor norteamericano Barry Bennet

¿El jefe del bloque PRO reuniría los votos del resto de las bancadas? Hay que mirar a San José 1111: según trascendió, Cristina Kirchner no estaría dispuesta a darle ese lugar a un diputado de otro espacio que no sea del oficialismo, más allá del acuerdo electoral que sellaron La Libertad Avanza y el PRO, y mucho menos a un dirigente que mantiene un vínculo frecuente con Mauricio Macri, de visita este fin de semana en Cumelén, en Villa La Angostura, al que la ex presidenta le adjudica buena parte de su prontuario judicial. Y aunque Ritondo ya esté más alineado a Balcarce 50 que a Balcarce 412, la sede del PRO a metros de Casa Rosada.

Dentro de ese posicionamiento de Cristina Kirchner hay rumores que salen de San José 1111 que también dan cuenta de la posibilidad de que ella avale, después de las elecciones, una discusión amplia en torno a la integración de la Corte Suprema y hasta el nombramiento del Procurador. No suena ilógico que, en materia judicial, el kirchnerismo tenga muchísimas más coincidencias programáticas con LLA que con el PRO de Macri.

“No sabemos si es bueno que Javier haya dicho eso. Pero bueno, es Javier siendo Javier. Estos días van a ser una carnicería”, aseguró un integrante de Las Fuerzas del Cielo que siguió con atención los dichos del Presidente de la última semana, cuando se refirió al posible futuro rol de Caputo, que esta vez sí pareciera estar decidido a dar batalla por un lugar oficial en el gabinete. Admiten, sin embargo, que el problema es más profundo. “No se trata de estar o no estar: la hoja de ruta es qué es lo que hay que discutir”, opinaron.

Es, según trascendió, uno de los pedidos de Estados Unidos, que realizó Bessent en su rol de nuevo consejero del país, y el lobista Barry Bennett, consultor del partido republicano que acaba de visitar la Argentina y que tiene en Caputo a su principal nexo con la administración libertaria. El encuentro en un departamento de Puerto Madero con el asesor presidencial, Miguel Ángel Pichetto y Rodrigo de Loredo, que incluyó al directivo de un fondo inversor con sede en Wall Street, fue uno de los temas más comentados de estos días. Por el supuesto pedido del lobista para que se construyan acuerdos de gobernabilidad para impulsar una serie de reformas como una plataforma de inversión para las empresas norteamericanas.

Diego Santilli y Cristian Ritondo

Bennett es un lobista conectado con la Casa Blanca, aunque en su momento hubo otro cabildero que ofreció sus servicios. Se trata de Carlos Trujillo, hijo de cubanos, que fue embajador en la OEA y que tiene vínculos directos con la administración republicana. Trujillo es el fundador de Continental Strategy, un estudio de lobby con sede en Washington que tiene en su staff a Katie Wiles, hija de la jefa de gabinete de Trump. El ex embajador mantiene, además, una relación estrechísima con el secretario de Estado, Marco Rubio, y acaba de ser contratado por Tesla, la nave insignia de Elon Musk, para un trabajo complejísimo: reconstruir puentes con la administración Trump.

En Washington, en tanto, no se sigue solo la elección de medio término de la Argentina. Hoy hay especial interés en Bolivia, en el balotaje entre Jorge Quiroga, “Tuto”, y Rodrigo Paz. En conversaciones reservadas con el Departamento de Estado, Paz blanqueó recientemente que era primordial resolver el desabastecimiento de gasolina que tiene en vilo al país: las colas en estos días en las estaciones de servicio son interminables. Según las fuentes, el candidato y senador por Tarija fue contactado con una empresa con sede en Dallas para empezar a resolver ese desabastecimiento a partir del mes próximo, de imponerse en los comicios.

Paz encabeza los sondeos. La incorporación de Edman Lara como candidato a vice fue un acierto de campaña: Lara, ex policía, se convirtió en un influencer con denuncias a la corrupción de la fuerza. Es, según las fuentes, la opción de la administración republicana, que le bajó el pulgar a Quiroga después de que este se pronunciara públicamente con comentarios ofensivos sobre Trump. “Tuto” es asesorado por Jaime Durán Barba. Paz, por su lado, recibe consultoría “lado b” por parte de Fernando Cerimedo, que fue cercano a la cúpula libertaria.

Operaciones en la superficie, movimientos subterráneos. Hasta la elección del próximo domingo, las especulaciones en torno al futuro gabinete y el nuevo sistema de toma de decisiones estarán sacudidas en un mar bien revuelto. Macri intentó presionar en la semana, cuando pidió una “nueva mayoría” y la convocatoria a un diálogo “honesto”, pero no hubo ningún avance desde la última reunión con Milei en Olivos. Porque, más allá de esperar el resultado electoral y de cómo se reformule la cúpula del Gobierno, en el macrismo hay cada vez más pesimismo frente a la posibilidad de un acuerdo ya no parlamentario, si no de gestión.

Los candidatos Rodrigo Paz y Jorge Quiroga

Las operaciones internas contra Francos, que construyó una relación muy fluida con Macri y parte de su entorno -hubo conversaciones en las últimas semanas relacionadas con déficits de la administración-, no adelantan buenos presagios en la cúpula del PRO. Para colmo, por la disputa puertas adentro hubo movimientos recientes dentro de la estructura del ministerio de Economía. Se habla de una ex funcionaria del PRO, que empezó a trabajar hace meses en el área de Legal y Técnica de una dependencia del Palacio de Hacienda, y que habría sido invitada a dar un paso al costado por su relación con los Menem. Así de inviable se transformó esta etapa de la gestión.

Entre los posibles fusibles se menciona insistentemente a Mariano Cúneo Libarona, el ministro de Justicia. El funcionario sobrevivió hasta las elecciones, más allá de los rumores de reemplazo. El martes, en una entrega de premios en la facultad de Derecho de la UBA organizada por la revista Quórum, con altísimas presencias judiciales, el ministro buscó generar un vínculo, y pidió ofrendarle unas palabras, a la argentina Sofía Adrogué, jueza de la Corte de Negocios de Texas que recibió una mención de honor. Adrogué pertenece a la jurisdicción judicial de Estados Unidos en la que se desarrolla el proceso contra Federico Machado, “Fred”, a punto de ser extraditado e investigado por supuesto lavado de activos.

La inviabilidad de la gestión no es algo, de todos modos, que le importe a los dirigentes del PRO que están decididamente volcados a dejar el pellejo por este proyecto. El caso más emblemático es el de Diego Santilli, que hasta jugueteó con la idea de pelarse para parecerse físicamente al renunciado José Luis Espert. En el equipo de campaña del candidato aseguran que no hay ninguna posibilidad de que eso pase. Pero mejor hablar de eso y no de otras cuestiones.

Santilli intentó darle en estas semanas un envión final y más ordenado a una campaña que acumuló desorden y pujas internas. Hay denuncias cruzadas por la fiscalización. En el PRO aseguran que no fueron convocados, y que solo aportaron algunos voluntarios. Un caso emblemático es el de La Matanza, donde se habla de un “papelón” inminente y un manejo escandaloso de fondos, con acusaciones a Luis Ontiveros, “El Negro”. Dicen que Alejandro Finocchiaro acercó “800 fiscales” y que no fueron aceptados.

 Sofía Adrogué, jueza de la Corte de Negocios de Texas

En el grupo de WhatsApp “Diputados de la Libertad”, que reúne a los candidatos de LLA en territorio bonaerense y algunos asesores, recién se mandó un instructivo en esta semana. Desde el caso Espert no hubo directivas claras. El diputado en uso de licencia al menos abandonó el grupo: se fue al día siguiente de renunciar a la candidatura, a la madrugada.

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