En un operativo realizado el pasado 5 de febrero en un taller mecánico de Queens, Nueva York, la policía detuvo a tres personas, entre ellas dos presuntos integrantes de la violenta banda venezolana Tren de Aragua (TdA). Sin embargo, según documentos judiciales y declaraciones de las autoridades, los acusados enfrentan cargos menores que podrían ser desestimados en los próximos meses.
Este caso generó preocupación entre las fuerzas del orden, quienes consideran que las medidas legales adoptadas no son suficientes para abordar la gravedad de los delitos.
El operativo y las detenciones
De acuerdo con información publicada por Fox News, el operativo tuvo lugar en el taller mecánico V&R Auto and Collision, ubicado en el vecindario de Woodside, Queens. Durante la redada, las autoridades incautaron un arma de fuego tipo Glock, dos pistolas de imitación y una cantidad significativa de drogas, incluyendo cocaína y pastillas de oxicodona.
Los detenidos fueron identificados como José Tamaronis-Caldera, de 27 años, Richard García, de 33 años, y Rafael Nieves, de 54 años, este último señalado como propietario del taller.
Aunque inicialmente los tres enfrentaron cargos graves relacionados con posesión de armas y drogas, los casos de Tamaronis-Caldera y García fueron reducidos a delitos menores. Ambos están acusados únicamente de posesión de pistolas de aire comprimido y armas de imitación, lo que permitió que fueran liberados sin necesidad de pagar fianza. Según los fiscales, si no cometen nuevos delitos antes del 5 de agosto, los cargos serán desestimados bajo un acuerdo de aplazamiento condicionado.
Cargos reducidos y críticas al sistema judicial
En un comunicado, la oficina del fiscal explicó que revisaron las pruebas disponibles y ajustaron los cargos en consecuencia. “El cargo de posesión de un arma descargada no es elegible para fianza. Solicitamos libertad supervisada, y el juez la concedió”, señalaron.
Sin embargo, estas decisiones han generado críticas dentro de las fuerzas del orden. Un funcionario policial, citado por el New York Post, expresó su frustración: “Estos no son individuos desorientados. Son miembros documentados de una organización criminal violenta que se ha establecido aquí mediante actividades de narcotráfico, tráfico de armas y trata de personas. ¿Y lo mejor que podemos hacer es dejarlos libres?”.
Vínculos con el Tren de Aragua y antecedentes migratorios
Aunque la policía de Nueva York no confirmó oficialmente la afiliación de Tamaronis-Caldera y García al Tren de Aragua, fuentes citadas por Fox News aseguran que ambos son miembros de esta organización criminal, conocida por su participación en actividades ilícitas en varios países de América Latina. Según el medio, los dos hombres ingresaron ilegalmente a Estados Unidos en 2023 y fueron liberados tras cruzar la frontera, de acuerdo con fuentes de inmigración federales.
El Tren de Aragua, originado en Venezuela, expandió sus operaciones a nivel internacional, involucrándose en delitos como el tráfico de drogas, armas y personas. En un caso reciente, un líder de esta banda fue detenido en el Bronx mientras intentaba adquirir granadas tras participar en un intercambio de armas. La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, Kristi Noem, cuestionó la gravedad de estos hechos: “¿Por qué alguien en este país necesitaría comprar una granada para perpetuar la violencia?”.
Crimen relacionado con migrantes en Estados Unidos
El caso de los presuntos miembros del Tren de Aragua se enmarca en un contexto más amplio de aumento de delitos relacionados con migrantes en Estados Unidos. Según Fox News, este fenómeno creció significativamente durante la administración del presidente Joe Biden, en medio de niveles sin precedentes de cruces fronterizos, principalmente desde México.
Las políticas migratorias actuales han sido objeto de debate, con críticas que señalan que la falta de medidas más estrictas permite que individuos con antecedentes criminales ingresen y operen en el país.
Mientras tanto, casos como el de Tamaronis-Caldera, García y Nieves plantean interrogantes sobre la efectividad del sistema judicial para abordar delitos graves y la capacidad de las fuerzas del orden para prevenir la expansión de organizaciones criminales internacionales en territorio estadounidense.