El origen del jamón cocido se remonta a 2000 años atrás y no, no surgió en España o Italia, como podría esperarse, sino en China. Recién en la Edad Media su consumo se popularizó en Europa y, más tarde, se expandió a todo el mundo. Conservar este embutido en el pasado era toda una odisea, pero hoy existen métodos seguros para prolongar su vida útil. Conocé cuáles.
El jamón cocido es uno de los alimentos más consumidos, en particular por su precio accesible. Su proceso de elaboración es sencillo: primero se macera la carne de cerdo en agua, sal y hierbas, y luego se cocina lentamente. Al tratarse de un alimento perecedero con riesgo de contaminación externa, algunos expertos culinarios desarrollaron una guía para almacenarlo de forma segura.
Dado que en la Argentina es verano y este embutido es una opción fresca para consumir en casa o en la playa, es importante saber cómo conservarlo para evitar que se eche a perder.
Según el sitio gastronómico Salumi Pasini, en primer lugar, debés comprar solo lo necesario. Evitá adquirir porciones extra que después terminarán en la basura o pasarán demasiado tiempo en la heladera.
Se recomienda que esté en fetas. Si te sobran, envolvelas en papel manteca, ya que sus propiedades ayudan a evitar que entre aire y se sequen. Otra opción es usar papel film: cubrí el jamón crudo y guardalo en un recipiente hermético, preferentemente de vidrio.
Si el embutido entra en contacto con otros alimentos o permanece expuesto al aire por mucho tiempo, puede volverse pegajoso y perder su sabor. Además, las bacterias actúan rápidamente. Con estos dos métodos, su vida útil se extiende hasta tres días.
Una vez envuelto, llevalo al cajón de la carne en la heladera, donde hay más frío y se conserva mejor.
Una tercera alternativa es envolver las fetas en papel de cocina y luego en papel de aluminio. Esto ayuda a retener la humedad del embutido y, si se guarda en la parte más fría de la heladera, puede durar hasta quince días.
El sitio citado también recomienda cambiar el papel film o el papel manteca cada vez que uses el jamón cocido. Intentá que no quede expuesto al aire o al calor por mucho tiempo. Si lo llevás a la playa, asegurate de que esté en una conservadora rodeado de hielo y dentro de un recipiente donde el agua no pueda afectarlo. Si te sobra en ese caso, lo mejor es descartarlo.
También podés comprar jamón cocido envasado, que se vende en los supermercados. En ese caso, la fecha de vencimiento te servirá como guía para almacenarlo. Se recomienda retirarlo del empaque original y envolverlo en papel film o manteca.
Por último, si compraste un jamón entero y querés que dure más tiempo, lo mejor es congelarlo. Para eso, cortalo en porciones más pequeñas, envolvelo como se explicó antes y llevalo al freezer. Así puede conservarse hasta dos meses.
Consejo adicional: ¿Es mejor conservar el jamón cocido con grasa o sin?
Los expertos aseguran que lo mejor es guardarlo con la grasa, ya que su función es mantener hidratada la parte magra. Si tenés una rebanada con grasa, cortá solo la cantidad que pensás consumir y dejá el resto intacto para una mejor conservación.