Conservación: por primera vez, pichones de macá tobiano criados en cautiverio serán liberados en su hábitat natural

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Hasta hoy, nunca se había hecho semejante avance en la recuperación de una de las especies más amenazadas de la Argentina y en el mundo entero. Pichones del singular macá tobiano, criados en laboratorio, serán liberados en su ambiente natural en Santa Cruz.

Nacieron en la Estación Biológica “Juan Mazar Barnett”, un centro construido específicamente para este propósito y manejado por la organización ambientalista Aves Argentinas, en convenio con la Fundación Flora y Fauna Argentina. Y este lunes serán liberados en el estuario del río Santa Cruz. El proceso de reintroducción se ha vuelto clave, pues la reproducción del macá tobiano es “casi nula” en la naturaleza, según explicaron desde Aves Argentinas. “Si se lleva a una mayor escala, podría significar la diferencia entre la extinción y la supervivencia”, ponderaron desde la entidad en un comunicado.

Los pichones nacieron en la Estación Biológica “Juan Mazar Barnett”, en Santa Cruz

Ya pasaron 51 años desde que el naturalista argentino Mauricio Rumboll lo halló por primera vez en la Laguna de los Escarchados, cerca de El Calafate, en la mencionada provincia. Desde entonces, la percepción sobre la situación de esta pequeña ave fue variando.

En un inicio, su desaparición parecía inevitable. Existían solo 150 individuos registrados. Y a pesar de que, en la década de 1990, información recabada por la Fundación Vida Silvestre (FVSA) apuntaba a que “lo inhóspito y alejado de su hábitat garantiza su protección”, por impactos directos e indirectos aquellos rincones a distancia de la civilización se fueron percutiendo.

En 2012, tras una intensa labor de investigación en áreas remotas de la Patagonia, el equipo del Proyecto Macá Tobiano recopiló datos que posibilitaron una nueva evaluación de la situación por parte de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Como resultado, la especie fue clasificada como “críticamente amenazada”, el nivel más grave previo a la extinción. Las escasas poblaciones que aún sobreviven se reproducen en contadas lagunas de altura ubicadas en las mesetas del oeste de Santa Cruz, y durante el invierno migran hacia los estuarios de grandes ríos.

El Proyecto Macá Tobiano recolecta los huevos abandonados por las parejas y los incuba hasta la eclosión

El Proyecto Macá Tobiano –un consorcio formado por organismos provinciales y nacionales, ONG, universidades, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) e instituciones internacionales– busca evitar la extinción de estas aves con distintas medidas como el control de especies invasoras y la mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, una de las acciones clave para mover la balanza comenzó hace unos diez años. Un equipo liderado por la veterinaria Gabriela Gabarain trabaja en una idea audaz y desafiante: criar macás tobianos desde el huevo hasta la liberación, un proceso sin precedentes. Hoy, según miembros del propio Proyecto Macá Tobiano, es la estrategia más clara para salvar a la especie de la extinción.

Hoy, según miembros del propio Proyecto Macá Tobiano, es la estrategia más clara para salvar a la especie de la extinción

El 97% de las parejas solo cría uno de los huevos, mientras que el otro, conocido como “huevo de reaseguro”, es abandonado. Aprovechando huevos que de otro modo no sobrevivirían y sin perjudicar el éxito reproductivo de las colonias, estos son trasladados con sumo cuidado a la estación biológica. Allí, incubadoras diseñadas especialmente regulan de forma precisa la temperatura, la humedad y la rotación. Al llegar el día 21 inicia el proceso de eclosión.

Las crías deben ser alimentadas y monitoreadas casi continuamente. Durante las 24 horas los siete días a la semana debe haber alguna persona al cuidado de los pichones. Estos pequeños necesitan nadar para activar su digestión, lo que exige sincronizar tiempos de natación y alimentación. “Fue casi una década de pruebas y más pruebas, de frustraciones convertidas en aprendizajes”, afirmaron en el comunicado. En la temporada 2023-2024 se logró completar con éxito el ciclo con esta última especie, por lo que en la temporada 2024-2025 arrancó con altas expectativas.

Las crías deben ser alimentadas y monitoreadas casi continuamente

Para Aves Argentinas, la cría en cautiverio puede cambiar el destino de la especie. “Esta estrategia ya ha mostrado ser la solución a la conservación de otras especies en el mundo, como el oso panda o el cóndor de California. Pero, como en esos casos, para que esta estrategia aplicada al macá tobiano sea sostenible es fundamental fortalecer los recursos disponibles”, explicó la organización. Por eso han desarrollado una serie de alianzas para concretar y mantener el proyecto.

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