Fue compañero de Messi, brilla en Brasil y sorprendió con su mirada sobre Sudamérica

0
5

Marcó 23 goles y 5 asistencias en 55 partidos con Gremio (Crédito: Reuters/Diego Vara)

Martin Braithwaite emigró a Brasil a mitad de 2024 para vestir la camiseta de Gremio, como otros europeos que quisieron darse la posibilidad de estar en un continente y una cultura ajenas a su día a día. Sin embargo, este jugador nacido en Dinamarca, que llegó a ser compañero de Messi en Barcelona, debió afrontar los costos de arribo: ser vetado de la selección de Dinamarca. Hoy, cada día que se dirige al entrenamiento no le es indiferente lo que observa a su alrededor y anuncia que quiere ser dueño de un club cuando se aleje de las canchas.

El delantero de 34 años concedió un crudo reportaje para el portal Globo Esporte, en el que habló de su dura infancia, la lesión que cambió su carrera y su vínculo desde muy pequeño con la Verdeamarela, que lo llevó a alentarla en un partido que terminó con eliminación de la selección danesa en los cuartos de final del Mundial 1998. “Siempre quise ser futbolista. Y siempre he tenido esta pasión por el fútbol”, analizó el atacante que se acercó al deporte a través de su padre, el hombre que más lo exigió y con quien posee una relación excelente.

Hijo de madre danesa y padre de Guyana, Braithwaite debió afrontar años de vida complicados porque entre los 5 y los 7 abriles se vio obligado a la utilización de una silla de ruedas por sufrir la enfermedad de Legg-Calvé-Perthes, un trastorno que afecta la cadera, y lo obligó a no apoyar mucho tiempo el peso en las piernas y le demandó descanso y relajación: “Fue muy difícil, porque ya jugaba al fútbol en un equipo. Y, de niño, solo quería jugar. No podía jugar al fútbol. Segundo, no quería ser diferente. Me avergonzaba. No podía hacer las cosas como mis amigos. Y la forma en que la gente me miraba era muy difícil para mí, porque había tantas preguntas: ‘¿Qué pasó? ¿Por qué estás en esta situación?’. Y no quería hablar de ello. Fue una época tan difícil que olvidé muchas cosas. Durante esos dos años, no recuerdo mucho de lo que pasó. Fue una época difícil para mí y también para mis padres”.

Este periodo alejado de la pelota lo ayudó a encarar de otra manera cada partido que le toca disputar: “Las cosas no pasan sin motivo. Mirando atrás, me ayuda ahora a vivir y jugar siempre con pasión porque tengo la suerte de poder jugar al fútbol profesional después de lo que pasó. Estoy muy agradecido por eso. Siempre tenemos que disfrutar y agradecer la vida que tenemos”. “Por eso, cuando veo a gente en esa situación, jamás los trataré diferente. Sé lo que significa y lo que se siente en una situación así. Fueron dos años. Es mucho tiempo para un niño”, contó.

Martin Braithwaite jugó en Toulouse, Middlesbrough, Leganés, Barcelona y Espanyol, entre otros equipos (Crédito: Reuters/Sergio Moraes)

El futbolista es creyente y un episodio sufrido a los 18 años con la camiseta del Esbjerg de su país lo consideró un gesto de Dios para que realizara un cambio drástico en su rutina: “La gente no entiende cuando hablo de esto. Romperme la pierna fue una de las mejores cosas que me pudo haber pasado en la vida. En ese momento, pensaba mucho. Me miraba a mí mismo, cómo era mi vida cada día. Cómo era antes de esta lesión. Y lo único que veía era que podía hacer mucho más. ‘Estoy entrenando bien. Después de entrenar, hago cosas extra para mejorar, pero no estoy viviendo toda mi vida, 24 horas al día, para mejorar’. Eso lo cambió todo en mi vida. Lo cambié todo. Quiero hacer todo lo posible cada día para mejorar y alcanzar mis metas”.

“La lección que aprendí a los 18 años me cambió la vida por completo. Estoy muy agradecido por esa experiencia porque me ayudó a mejorar muchísimo como jugador y como persona. Mientras me recuperaba, empecé a leer muchos libros, todos de autodesarrollo. Se trataba de negocios, de cómo esta persona alcanzó el éxito. No se trataba de un atleta, sino de un empresario. Leía muchos libros así y, poco a poco, fui adquiriendo una comprensión empresarial“, aportó sobre la transformación que hizo a partir de esa situación adversa.

Acto seguido, aclaró: ”Pero no soy empresario, soy futbolista. Como la carrera de un futbolista es muy corta, tenemos que prepararnos para el futuro. Ya se ha decidido que abriremos junto a mi esposa un restaurante aquí en Porto Alegre. Poco a poco, nos estamos volviendo más brasileños. Abrirá pronto, pero ya es un hecho». Más allá de esta afirmación, la revista Forbes precisó que invirtió gran parte de sus ingresos en el desarrollo de un imperio inmobiliario con acciones en NYCE Companies valoradas en 287 millones de dólares junto con su tío, Philip Michael.

Además, Martin Braithwaite fue consultado en el reportaje firmado por Arildo Palermo, Eduardo Moura y Rafael Favero por las diferencias que encuentra entre Dinamarca y Brasil. Allí, profundizó en la desigualdad que observa en el país sudamericano: “Dinamarca es muy diferente a muchos países. No solo a Brasil, sino también a Francia y España. Ofrece mucha seguridad para todos. Ofrece mucha ayuda para cualquier cosa. No vemos las dificultades que vemos en Brasil. La diferencia entre ricos y pobres. Cada día me entristece ir a nuestros entrenamientos porque veo cosas que nunca había visto. Creo que en el mundo en el que vivimos, podemos hacer más para ayudar a las personas en situaciones difíciles”.

Ante la duda sobre qué le llama la atención de Brasil, soltó: “La vida. Vivir en la calle. En Dinamarca, eso no existe. Y siempre me pregunto qué podemos hacer para ayudar, como individuos y como país, porque, para mí, estas cosas no pueden pasar. Tenemos que encontrar la manera de mejorarlas. Hacer que nuestra sociedad sea un poco más igualitaria. Creo que eso es importante”.

Compartió cancha en 44 ocasiones con Lionel Messi en Barcelona (Crédito: Reuters/Vincent West)

Por otro lado, Braithwaite, fanático de Ronaldo, quien fuera delantero del Scratch, bicampeón del mundo y una de las razones por las cuales el fútbol brasileño fue su “primer amor”, se refirió a su intención de incursionar en el mundo empresarial de los clubes y ponderó la necesidad de armar un proyecto fuerte que se sostenga en base a la historia de la institución en cuestión y no solo por un componente económico: “Estoy interesado. Puede ser interesante para mí porque, como me encanta el fútbol, ​​no es solo un negocio. Como dije antes, si te metes en el fútbol, ​​es para ganar. Siempre para ganar. Porque la afición me lo dice. No puedes meterte en el fútbol como negocio solo para ganar dinero. Si puedes ganar dinero y ganar a la vez, eso es bueno. Porque es muy importante para mucha gente, la afición. No se puede jugar con nuestras vidas. Pero ahora soy futbolista. Así que será en el futuro”.

MÁS DECLARACIONES DE MARTIN BRAITHWAITE

Su convivencia con Messi en Barcelona: “Fue genial. Leo es una persona muy amable, te ayuda y te hace sentir bien. Estaba muy tranquilo. Como jugador, no creo que necesite decir nada”.

¿Cómo se vivió desde adentro la salida de Messi? “Fue extraño porque sucedió de la noche a la mañana. Todos estábamos esperando su renovación, todo estaba listo para que renovara, y de repente, de la noche a la mañana, se fue del club. No se merecía nada de esto”.

La particular relación con su padre: “Es todo para mí. También es un amigo con quien puedo hablar de muchas cosas. Cuando tenía 20 años, salía de fiesta con mi padre. Cosas así. Hablamos y lo hacemos todo juntos, pero también, de niño, era muy, muy duro conmigo. A veces, pensaba que mi padre no me quería, porque era tan duro conmigo que, si jugaba mal, ni siquiera me hablaba. O me decía: ‘Tienes que dejar de jugar al fútbol, ​​porque estás jugando mal. Si juegas así, ni siquiera jugarás‘. A veces jugaba casi por amor a mi padre. Para un niño, es muy, muy difícil. ‘Si no juegas con ganas, deja el fútbol’. Un niño jugando al fútbol a los 8 años, por amor a su padre, no podemos tener más presión que esa. Así que, cuando juego ahora, no tengo presión. No entendía por qué lo hacía. Pero cuando crecí, a los 15, poco a poco lo entendí“.

¿Qué siente con la reprobación del público? “No cambia nada si la gente me grita. Porque, desde los 8 años, mi padre me ha gritado. Todos los días, durante los partidos. Estaba en el campo, hasta que el entrenador, antes de los partidos, cuando hablábamos de táctica delante de todos, me decía: ‘Martin, hoy no tienes que hacerle caso a tu padre. Olvídalo, ve a jugar al fútbol‘. Desde pequeño, siempre he sentido esta presión”.

Convirtió 10 goles en 69 compromisos con la selección de Dinamarca (Crédito: Liselotte Sabroe/Ritzau Scanpix via Reuters)

Los consejos de su padre: “Desde pequeño, mi padre siempre me decía que, cuando tienes un talento o algo así, hagas todo lo posible para conseguirlo. Y también, cuando tienes éxito, siempre ayuda a quienes tienen una situación familiar más difícil. Porque todos somos iguales. Algunos tienen más suerte que otros. Y tenemos la obligación de ayudar a los demás. No quiero verme como un modelo a seguir, pero siempre quiero ayudar”.

Su enseñanza en la vida: “Creo que la única manera de mejorar, en nuestras vidas, en el mundo, es si la gente, aquí y ahora, ayuda a hacerlo. Si una persona con mucho conocimiento ayuda a otros, crecerán y harán un mejor trabajo que tú. Es una manera de mejorar las cosas en el mundo”

Las críticas de Neymar a las canchas sintéticas y su opinión al respecto de este tipo de terrenos: “No me gustan. No creo que sean necesarias aquí en Brasil. Soy danés, y en Dinamarca hace mucho frío en invierno. En invierno, jugamos uno o dos meses en la cancha sintética porque tenemos que hacerlo. No tenemos la oportunidad de hacer nada más”.

¿Cuál es la diferencia entre una cancha normal y una de sintético?: “El juego es diferente; el riesgo de lesión es muy alto. En el último partido, (Mathías, compañero en Gremio) Villasanti se rompió el ligamento cruzado contra el Atlético-MG. Es una pena. Habrá gente que diga que no tiene nada que ver con el campo, pero sí, el riesgo es mayor por eso. La afición merece buen fútbol. Y con el césped sintético, no es buen fútbol”.

¿Qué siente al estar jugando en Brasil? “Tener la oportunidad de jugar acá fue único para mí. Nunca imaginé jugar allí. Pero supe del interés del Grêmio seis meses antes de llegar. Y desde ese momento, empecé a pensar en jugar en Brasil. Cuando tuve la oportunidad, fue genial”.

¿Por qué no hay que replicar a los europeos? “Ahora nos centramos demasiado en lo que hacen ellos. Antes, se fijaban en lo que hacían los brasileños para jugar. Tenemos que ceñirnos a eso. Y sé que hace mucho tiempo que Brasil no gana el Mundial, pero la selección brasileña es la que tiene más presión del mundo. En las buenas y en las malas, siempre será la favorita para ganar el Mundial. Hay mucha presión por ganar; no es fácil. Pero hay que mantener la forma de jugar, como Brasil; es muy importante. No hay que copiar a los europeos. Debemos mantener el estilo de juego brasileño, con jugadores rápidos, porque por eso Brasil es especial. No hay que copiar la forma de jugar de Europa”.

Disputó los Mundiales de 2018 y 2022 (Crédito: Reuters/Diego Vara)

Fue vetado de la selección de Dinamarca por jugar en el Brasileirao: “Desde que llegué a Brasil, he estado jugando bien, pero los daneses no respetan la liga brasileña, el Brasileirão, así que lo acepto sin problema. Creo que piensan que la liga danesa es más fuerte que la brasileña. No estoy de acuerdo, pero creo que es así. Es bastante obvio para todos. Estoy muy contento donde estoy. Sé que estar en Brasil significa que no me convocarán para la selección, pero es parte del problema”.

Tiene contrato con Gremio hasta diciembre de 2027. ¿Y después? “Quizá me quede. No pienso mucho en ello. Solo quiero jugar todos los días, quiero trabajar con mis compañeros y entrenadores para mejorar. No pienso demasiado en el futuro. Estoy bien, a mis 36 años. No es nada comparado con mi edad. Cuido mi cuerpo. Estoy bien. Me siento como si tuviera 25 años. Puedo jugar muchos años más”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí