La tradición olvidada que pueden reflotar los Mac Allister: todos los hermanos que compartieron cancha en la selección argentina

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Kevin y Alexis Mac Allister, los nuevos hermanos de la selección argentina (REUTERS/Phil Noble)

Se han escrito miles de historias sobre el vínculo entre hermanos. Algunos más célebres que otros. En textos antiguos, Caín y Abel; Zeus, Hades y Poseidón pueden ser ejemplos de ello. Más acá en el tiempo, también están los que decidieron trabajar codo a codo para dejar una huella: los Grimm (Jacob y Wilhelm) o los Gallagher (Liam y Noel). El amistoso que la selección argentina jugará frente a Angola será una oportunidad para que los lazos de sangre ofrezcan un nuevo relato.

La convocatoria de Kevin Mac Allister a la Albiceleste para el próximo amistoso frente a los angoleños marca un hecho poco frecuente en la historia del fútbol nacional: dos hermanos compartirán nuevamente una citación oficial, esta vez bajo la dirección de Lionel Scaloni. La inclusión de Kevin, motivada por la necesidad de reforzar la defensa tras las bajas de varios jugadores, permitirá que integre la concentración junto a su consanguíneo Alexis Mac Allister.

La decisión de Scaloni responde a una serie de ausencias notables en la plantilla, entre ellas las de Nahuel Molina, Giuliano Simeone y Julián Álvarez. Para suplir estas bajas, el entrenador optó por sumar a Emiliano Buendía en el mediocampo, ante la lesión de Enzo Fernández y la escasez de alternativas en esa zona, y a Kevin Mac Allister, quien se desempeña habitualmente como central o lateral derecho en el Union Saint-Gilloise de Bélgica. De este modo, los hijos de Carlos Mac Allister —quien también defendió los colores nacionales en la década del noventa— en caso de jugar, serán la decimocuarta pareja de hermanos en hacerlo con el elenco nacional.

Los Milito, rivales y compañeros en la selección argentina

La presencia simultánea de los Mac Allister rompe una sequía de más de una década sin hermanos en la misma lista durante una convocatoria. La última vez que esto ocurrió fue en la Copa América 2011, cuando Gabriel y Diego Milito integraron el plantel dirigido por Sergio Batista. Aún así, hay que irse un año atrás para el último partido en el que dos familiares de este grado estuvieron dentro de la misma cancha defendiendo a la Celeste y Blanca. Fueron los mismos Milito, que jugaron juntos durante 33 minutos un amistoso que Argentina perdió con Japón por 1-0, el 8 de octubre de 2010.

Antes de los Milito, la historia registra una brecha aún mayor: 35 años sin hermanos en la Selección, hasta que los Killer, Mario y Daniel, participaron juntos en la Copa América 1975 bajo la conducción de César Luis Menotti. Ambos, jugadores de Rosario Central, coincidieron en dos de los cuatro partidos disputados por Argentina, que quedó eliminada en la primera ronda. En el triunfo por 11-0 ante Venezuela en el estadio Gigante de Arroyito, Daniel se destacó al marcar tres goles, convirtiéndose en el único defensor argentino en lograr un hat-trick con la camiseta albiceleste. También compartieron cancha en la derrota por 1-0 frente a Brasil, en el mismo escenario.

Retrocediendo nueve años, los hermanos Onega, Ermindo y Daniel, también integraron juntos la Selección, aunque sus apariciones se limitaron a partidos amistosos. En 1966, participaron en el empate 1-1 ante Polonia en el estadio Monumental, con gol de Pinino Más para Argentina, y en una derrota por 3-0 frente a Italia en el Olímpico de Turín.

Los hermanos Evaristo. Registro de El Gráfico

Para hallar los primeros casos hay que remontarse hasta el primer Mundial. La cita jugada en en Uruguay, en donde Argentina terminó subcampeona al caer frente al anfitrión en la final, la delegación argentina dirigida por Francisco Olazar incluyó a Juan y Mario Evaristo, quienes representaban a Sportivo Barracas y Boca Juniors. Ambos disputaron juntos dos de los tres partidos de la fase de grupos: el debut con victoria 1-0 ante Francia y el triunfo 3-1 sobre Chile, en el que Mario, delantero, anotó el último gol argentino. Posteriormente, participaron en la semifinal ante Estados Unidos, que terminó 6-1 a favor de Argentina, y en la final ante Uruguay, donde los Charrúas se impusieron por 4-2 en el estadio Centenario.

En las décadas previas, la presencia de hermanos en el elenco nacional era más habitual. En los años 20, Felipe y Roberto Cherro y Adolfo y Ernesto Celli aportaron su cuota familiar al equipo nacional. En la década de 1910, los Ennis y Harry Hayes; Antonio y Eduardo Blanco; Juan José y Pedro Rithner y los Galup Lanus (Carlos y Ernesto) también compartieron convocatorias. Más atrás, los dúos SusánJosé y Maximiliano- y MooreEugenio y Juan-, estos últimos los únicos mellizos en la historia de la Selección.

La primera familia en dejar una huella indeleble fue la de los Brown. Alfredo, Carlos Carr, Eugenio, Ernesto y Jorge vistieron la camiseta argentina en los albores del fútbol nacional. En 1902, Ernesto y Jorge Brown debutaron juntos, y el 13 de septiembre del año siguiente, tres de los hermanos Brown compartieron cancha con los Moore, en un hecho que permanece inédito hasta la actualidad.

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