Salió volando tras un impactante accidente en una carrera y tardó dos años en volver a caminar: “La vida me dio revancha”

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El DNI de Mauricio Tucci informa que nació el 16 de junio de 1968. Pero el domingo 6 de junio de 1993 volvió a nacer. En una mañana fría en plena Sierra La Barrosa, donde se ubica el Autódromo Juan Manuel Fangio de Balcarce, el ex piloto de Martínez sufrió un espeluznante accidente en la Monomarca 147, que era telonera del Turismo Carretera. Las imágenes son escalofriantes, pero el bonaerense hoy la puede contar y recordó la historia en diálogo con Infobae.

La categoría se nutría del Fiat 147, un modelo muy popular en los años noventa. Fue el primer auto de muchos jóvenes en esa época. Luego de la largada de la competencia, los autos llegaron a fondo por una de las rectas opuestas y el coche blanco de Tucci, con el número 45, se fue contra el muro y volcó. La escena fue dramática, con una decena de tumbos, y en el quinto de ellos se ve cómo el cuerpo de Mauricio salió volando. Cayó en la pista y quedó inconsciente, mientras su auto terminó su impacto con una vuelta de campana.

Los videos del choque dieron la vuelta al mundo y se registraron gracias a filmaciones caseras de hinchas, que acudieron ese día al escenario que tiene tribunas naturales y que fue inaugurado en 1972 con una carrera del Sport Prototipo. “Fue un domingo de junio del ’93. El sábado no habíamos podido clasificar porque se rompió la bomba de nafta. Largué último y cuando veníamos recuperando un poquito algo se rompió en el auto y me estallé contra el paredón. Se abrieron los cinturones de seguridad y salí volando del auto”, relata Tucci sobre aquel incidente en el circuito ubicado en la tierra del Quíntuple.

Explica que “tres de los cinco cinturones estaban fallados. Después se hizo una prueba en el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial), donde se abrieron en noventa y pico de veces de cien intentos. Esa falla hizo que saliera volando del auto y generara todo lo que pasó después”.

Mauricio Tucci se reinventó debajo de los autos de carrera para mantenerse cerca de su pasión y logró ser exitoso en un plano clave en el automovilismo como lo comercial (Gustavo Gavotti)

Fue atendido por el equipo de rescate y derivado a un centro médico. Luego fueron “varios meses en los hospitales, pero acá estamos para contarlo”, agrega sobre el incidente. “Me quebré 14 huesos. Estuve 20/30 días en terapia intensiva y después cuatro meses internado. Tardé dos años para volver a caminar”, subraya.

Sobre qué siente cuando ve las imágenes suyas volando tras ser despedido del auto confiesa que “cuesta a uno mismo creer que haya sido uno. Pero también la vida me dio revancha para seguir adelante. Cada vez que veo el video me sigo sorprendiendo”.

Sobre la Monomarca 147 evoca que “era una categoría muy competitiva. Salieron muchos, muchos buenos pilotos de ahí como Beraldi (Abel) o Pacho (Ariel). Varios chicos que anduvieron muy fuerte después en las categorías nacionales. Corríamos como teloneros del TC entre las series y las finales. Eran autitos que iban muy fuerte. Tenían un centro de rolido (o balanceo) muy complicado para ser los autos de carrera y era común que volcaran y les decían ‘Los Dados’, por cómo se daban vuelta. Fue la historia en esa categoría”.

Una vez que se recuperó volvió a correr en la 147 y en una emblemática categoría zonal. “Corrí siete u ocho carreras en la 147 y con Fiat 600 en ALMA (Asociación Libres Mil Agrupados). Después me di cuenta de que no iba a ser mi destino ser un exitoso piloto de carrera”, comenta sonriente.

Decidió colgar el casco y su pasión lo llevó a buscar un rol que le permitiera seguir vinculado al automovilismo. “Como piloto era muy malo y justamente me dediqué a lo que hago ahora es seguir ligado a lo que es mi pasión, que son los autos de carrera”, describe quien es la mano derecha del vigente campeón de TC, Julián Santero. “Soy el propietario del equipo, del auto, me dedico a la parte comercial y a la parte humana. Viste que los jugadores de fútbol frustrados terminan siendo referí o técnicos, en mi caso como buen piloto frustrado buscaba la manera de seguir vinculado a los autos de carrera y le encontré la vuelta desde un lugar donde me defiendo mejor que en el volante, que es en lo comercial”.

Desde hace años es un personaje muy conocido y querido en el ambiente. “Tuve la suerte de tener muchísimos pilotos de primer nivel. Juli (Santero) es la coronación de todo ese proceso. Haber puesto mi granito de arena para lograr un campeonato de Turismo de Carretera es lo mejor que te puede pasar en la vida”. Con el corredor mendocino está desde “fines de 2022, hicimos todo 2023 cuando fuimos subcampeones y en 2024 logramos el título. Ahora seguimos en el TC y en la Clase 3 de Turismo Nacional”.

Mauricio Tucci con su piloto, Julián Santero, y la Copa de Oro que se le entrega al campeón de TC (Prensa ACTC)

Santero corre con un Ford Mustang en el TC y es segundo en la Copa de Oro, pero aún adeuda la victoria anual que es el requisito excluyente para estar habilitado para pelear por el título. En la divisional mayor del TN manda en el campeonato y logró dos triunfos con su Toyota Corolla.

Destacado en lo comercial, Tucci logró liderar el proyecto para que BMW se sume al TC y será la séptima marca de la octogenaria categoría en 2026. Santero será uno de los pilotos de la casa alemana junto con Kevin Candela.

Pasaron 32 años del impresionante accidente en el que Mauricio Tucci sobrevivió de milagro. Aquellas imágenes de Balcarce dieron la vuelta al mundo. Tiempo más tarde se reinventó debajo de los autos de carrera. Logró ser exitoso en un rol clave como conseguir sponsors y destacarse en el plano comercial en un deporte tan caro no es poca cosa. Como dijo, la vida le dio revancha y la aprovechó.

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