En medio de la tensión por los precios, el Gobierno analiza si renueva una medida clave para la industria automotriz

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La industria automotriz espera que en las próximas semanas se renueve la exención de exportaciones incrementales, pero el Gobierno tiene la medida en la mira y admite que no es prioritario

Mientras las automotrices terminan esta semana de decidir su política de precios para mayo, intentando “mantener la paz” con el ministro de Economía, Luis Toto Caputo, y encontrar un equilibrio entre finanzas y política, la mirada de mediano plazo del sector está puesta en las exportaciones.

Entre la reducción de los derechos de exportación que siguen vigentes para el campo hasta julio y la reciente decisión del Gobierno de dejar de cobrarle retenciones a 4.000 posiciones arancelarias industriales, el sector automotriz continúa gestionando y a la espera de alguna señal respecto de los derechos de exportación que pagan los autos argentinos que se comercializan en el exterior.

Concretamente, el sector espera que el Gobierno renueve, como lo viene haciendo desde el 2021, la exención de las retenciones a las exportaciones incrementales sobre 137.000 unidades, el número que en ese momento se tomó como referencia por haber sido las ventas al exterior del 2020. Desde hace cuatro años, las exportaciones que superasen ese número no pagaban derechos. Para este 2025 se esperan ventas al mundo por 350.000, por lo que, de renovarse sin cambios la norma, dejarían de pagar retenciones 213.000 vehículos. Pero el Gobierno, por ahora, no ha dado señales claras de lo que pretende hacer con la medida. “Estamos viendo. Hoy no es prioridad”, dijo una fuente del Gobierno.

Se trata de un reclamo en línea con la necesidad que tienen las terminales automotrices de mejorar la competitividad para los mercados de exportación de sus productos manufacturados, esencialmente, de los autos que fabrican las plantas locales.

La competitividad está marcada por la comparación entre el precio de los autos argentinos y del mismo vehículo producido en otros países. Es lo que necesitan las terminales nacionales para ganar nuevos mercados o incluso sostener a los que actualmente abastece.

La exención a las exportaciones incrementales permite que sólo los primeros 137.000 vehículos paguen un promedio de 2,5% de retenciones.

El impacto de la eliminación de derecho de exportación representaría una reducción teórica del 4,5% en la carga de impuestos que se aplica a los autos de industria nacional. Sin embargo, como esa retención se cobra sobre las partes localizadas en el país y no sobre las importadas, dependiendo de la integración nacional que tenga cada modelo, el porcentaje real varía.

Un auto con un 30% de partes nacionales puede pagar apenas un 1,3% de derechos de exportación, pero uno en el que se integra el 70% de los componentes nacionales paga el 3,1%. Teniendo en cuenta esa diferente posición entre productos y marcas, en el sector se hace un promedio de un impacto global de un 2,5% efectivo.

“No sólo es un pésimo impuesto sino que es un pésimo mensaje. El que produce más partes locales paga más impuesto que quien las importa. Teniendo en cuenta la complejidad de localizar proveedores nacionales, incluso a un mismo costo, es preferible importar. Es una operación sin tanto riesgo financiero”, explicaron desde una terminal automotriz.

Cuánto se ahorraría la industria automotriz

Nuevamente, en función de encontrar un promedio que represente el impacto general, si se toma un promedio de USD 20.000 por auto exportado, ese 2,5% de retención equivaldría a USD 500 por unidad. Parece poco a nivel individual, sin embargo, al mirar el volumen, es un número significativo de ahorro para las terminales.

Las automotrices argentinas exportan entre el 60 y el 70% de su producción anual

Para ejemplificarlo, si se toma la referencia de 2024, el sector exportó 314.000 unidades en el año. Sin embargo, las retenciones sólo se aplicaron a los primeros 137.000 vehículos, ya que a partir de la unidad 137.001, empezó a correr el sistema de exención a las exportaciones incrementales, que establece la exención del impuesto como incentivo a las exportaciones.

Tomando como referencia el valor promedio de USD 20.000 por unidad, durante el año pasado el sector industrial pagó aproximadamente USD 68.500.000 en concepto de derechos de exportación por esas 137.000 exportaciones.

Por ese motivo, aunque el sector pretende que se eliminen las retenciones a la exportación, con cuatro meses computados y cerca de 80.000 unidades que ya se exportaron de las 137.000 que cada año pagan este impuesto, la prioridad la tiene la renovación de la exención a las incrementales.

El verdadero efecto de la eliminación de los derechos de exportación, si se aplica como espera el sector, se podrá apreciar en 2026, cuando desde la primera unidad que se embarque al exterior, no exista más esa retención que perjudica el costo y la competitividad nacional.

De todos modos, el número representa al sector en general, pero como las exportaciones las paga cada empresa por sus productos, aquellas que exporten más volumen pagan más que las que exportan menos.

“No hay un cupo por fabricante sino uno del sector. Si una terminal exporta 70.000 autos en los primeros meses del año, el costo del arancel es más significativo en la cuenta del año que el de aquellos que exportan un volumen más bajo. Efectivamente, los que más exportan más pagan. Es impuesto sin sentido que perjudica a quiénes más dólares traen al país”, comentaron desde una automotriz.

A fin de año termina la operación industrial de Nissan en Argentina. La pick-up tenía más mercado de exportación que presencia local en las calles, y eso sostuvo el negocio hasta este año

Reducción del costo argentino

“Los autos argentinos son los más caros, porque son los que tienen la mayor carga fiscal de la región”, reconoció el presidente Javier Milei en una nota periodística con el periodista Luis Majul a fin de 2024.

Ese es el famoso “costo argentino”, como se lo llama en el sector, que había llegado el año pasado a su punto más alto hasta un 24% de impuestos sobre el costo de los vehículos entre que salían de la línea de producción y subían a un barco para ser exportados.

“Siempre dijimos que exportábamos impuestos cada vez que exportábamos un auto. El año pasado era 24% de impuestos. Con las medidas que tomó el gobierno, ese número bajó a 14 puntos, que es muy bueno, pero hace 2 años era 12%. Entonces, esa base de 12% es algo que tenemos que seguir trabajando”, dijo Pablo Sibilla, presidente y CEO de Renault Argentina hace unos días en los festejos de los 70 años de la Fábrica Santa Isabel en la provincia de Córdoba.

El problema es que ese 14% tiene que bajar al menos al 7% que tiene Brasil, el principal socio de la industria automotriz argentina. Sin embargo, como salvo algún modelo puntual, no se producen los mismos autos en Brasil y Argentina, el objetivo final de la industria local es competir con mercados como México, Tailandia o Sudáfrica, que no aplican carga impositiva a las exportaciones.

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