Gerardo Zamora con perfil bajo en Pinamar: playa en CR, descanso en La Herradura y la mira en las elecciones

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Gerardo Zamora tiene 61 años. Está sentado en una silla dentro del restaurante del balneario CR, en el norte de Pinamar. Llegó con su familia el viernes. Hoy es lunes. El sol y el calor empujan a la gente a la playa, pero él prefiere la sombra, el resguardo, el perfil bajo. De remera azul, gorra y anteojos, se toma un té y tiene el celular en la mano. Responde mensajes y atiende llamados.

Podría ser un turista más. Pero Zamora es un hombre del poder. Gobierna la provincia de Santiago del Estero casi sin interrupciones desde 2005. Llegó de la mano de Néstor Kirchner, que le abrió esa puerta cuando ordenó la intervención federal de la provincia que durante cinco décadas habían manejado los Juárez con mano de hierro, y que habían sido denunciados por graves violaciones a los derechos humanos.

Zamora termina su mandato este año pero nada indica que se vaya a apartar del poder. Hay quienes dicen que quiere ser candidato a senador. Él, en CR, les dice a sus allegados que no sabe qué será de su futuro. Es difícil imaginarlo fuera de un esquema de toma de decisiones. En las carpas del balneario están la senadora Claudia Abdala, su esposa, y sus hijas. Zamora y Abdala son un matrimonio político a tal punto que la única vez que el gobernador cedió la silla ejecutiva fue a su compañera. Y lo hizo obligado: la Corte Suprema de Justicia determinó en 2013 que no podía tener tres mandatos consecutivos. Pero se tomó revancha y volvió en 2017. Este es su cuarto período.

El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, en el balneario CR Pinamar. Días atrás participó de la inauguración del Paseo del Norte Grande 2025, un evento que promociona el turismo, el arte y la gastronomía de 10 provincias del norte argentino, incluida Santiago del Estero.

En el 2014 fue senador nacional y Cristina Kirchner lo eligió como el presidente provisional del Senado, el tercero en la línea de sucesión, detrás de Amado Boudou. Y no es peronista, es radical de origen, convertido a radical K en 2007 y creador de su propio Frente, el Cívico, que hace alianzas con peronistas y radicales.

Cristina Kirchner cuando era presidenta recibió a José Neder, Claudia Abdala y Gerardo Zamora en Olivos

Es el segundo año consecutivo que el gobernador y su familia eligen Pinamar para unos días de descanso. Se alojan en el barrio cerrado La Herradura, donde también suele ir Sergio Massa. Es la segunda vez, también, que encabeza la inauguración del Paseo del Norte Grande, un stand en el que las provincias norteñas exponen cosas de turismo, costumbres y cultura.

Con el Papa Francisco, relación sinuosa con Cristina y pacto de Mayo con Milei

El 2024 tuvo a Zamora como protagonista de algunos hechos en el escenario nacional. Estuvo con el Papa Francisco, en el Vaticano, en febrero. Firmó el pacto de mayo, en julio, con el presidente Javier Milei, pero sus legisladores, los santiagueños, no respondieron al Gobierno en el Congreso. No dio su apoyo público a Cristina Kirchner como candidata al PJ, pero la recibió el día de la militancia, el 17 de noviembre, en su provincia.

Con Cristina tiene una relación sinuosa, a pesar de que durante varios años fue un fiel colaborador. En el entorno de Zamora miran con desconfianza la manera en la que CFK llegó al PJ y cómo lo maneja. Pero no lo dirá en público. También lo escucharon decir que está de acuerdo con algunas de las políticas de Milei (como “haber recuperado el orden en la calle y terminado con los piquetes) y en desacuerdo con otras, relacionadas con el plan económico.

Pasó más de una hora y el gobernador sigue sentado en la misma silla, con la misma taza de té, ahora vacía, con el teléfono en la mano, siempre sonando. Pero llega una de sus hijas que le pide volver a casa. Y todos se retiran.

Javier Milei y Gerardo Zamora, durante la firma del Pacto de Mayo

La polémica por el avión sanitario

En enero de 2024, el gobernador fue uno de los pocos que se mostró en modo verano. Y solo una foto y una pregunta bastaron para que quedase envuelto en una polémica. Todo empezó en la primera quincena de la temporada, cuando el dirigente de entonces 60 años, fue sorprendido por turistas en el balneario Ostende de Valeria del Mar. Inmediatamente, varios medios de Santiago del Estero acusaron a Zamora de haber llegado a la costa en el avión sanitario, presunción que generó revuelo en la provincia del norte argentino. “Son pelotudeces”, le había dicho a LA NACION al ser consultado mientras disfrutaba de una bebida en Boutique, el balneario que regenta el abogado y dueño de Deportivos Riestra, Víctor Stinfale. “No me pienso gastar en contestar sobre esos inventos. Dicen cualquier cosa sobre mí. El año pasado, cuando viajé a Punta del Este, también intentaron escracharme. Yo solo quiero que me dejen en paz. Lo único que quiero es pasar tiempo con mi familia”, sentenciaba.

El gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, junto a su esposa, Claudia Ledesma Abdala de Zamora, en el balneario Boutique de Pinamar

Y a pesar de la rotunda negativa por parte este diario obtuvo acceso al itinerario de vuelo del patrón provincial y confirmado la existencia de un sospechoso vuelo desde el Aeropuerto Vicecomodoro Ángel de la Paz Aragonés -a unos 6 km hacia el noroeste del centro de Santiago del Estero- que llegó a Villa Gesell, hizo escala en Mar del Plata y regresó a la provincia. Según reconstruyó en ese entonces LA NACION, el avión Lear Jet 45 matrícula LQ-CPS despegó de Santiago del Estero el lunes 8 de enero a las 11.03 y aterrizo a las 12.35 en Villa Gesell. Casualmente los días en que Zamora llegó al balneario, el avión sanitario había volado 1 hora y 30 minutos para llegar al aeropuerto más cercano a Pinamar.

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