La impensada pelea de Juan Grabois y Mayra Mendoza volvió a poner bajo la lupa el liderazgo de Cristina Kirchner

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Otros tiempos. El enfrentamiento entre Grabois y Mendoza sumó un nuevo conflicto a la interna del kirchnerismo

El peronismo no tiene paz. Los conflictos internos se multiplican en forma inesperada y aparece, día a día, vinculados a distintas disputas. El enfrentamiento de ayer entre Juan Grabois y Mayra Mendoza volvió a sacudir al kirchnerismo, la vertiente justicialista que durante los dos últimos años ha tenido más cortocircuitos internos.

Grabois responde a la conducción de Cristina Kirchner, pero no es vertical en su comportamiento, como lo son los cristinistas más duros. El diputado nacional y dirigente social no tiene filtros y golpea duro cuando entiende que hay justificación para hacerlo. Sin mediar las consecuencias.

El enfrentamiento del lunes se generó por una ordenanza municipal que se estaba tratando en el Concejo Deliberante de Quilmes – y finalmente se aprobó – para regular el sistema de estacionamiento medido, desarmar el trabajo de los “trapitos” tal como está planteado ahora y abrir una licitación para ordenar el nuevo esquema de trabajo.

“La ordenanza contempla la contratación de manera formal de aquellos que cumplían informalmente dicha tarea, asegurándole aportes jubilatorios, obra social, entre otros derechos laborales”, precisaron desde el municipio de Quilmes, que hoy conduce Eva Mieri, en reemplazo de Mendoza, que pidió licencia y asumió su banca de diputada provincial.

Juan Grabois criticó el accionar del municipio de Quilmes y abrió una interna impensada dentro del cristinismo (Maximiliano Luna)

En ese sentido, también remarcaron que el sector de Grabois está pidiendo “una adjudicación directa en beneficio del MTE” y porque quieren “una cooperativa sea la que se encargue de ese trabajo directamente”. “Eso no va a pasar”, afirmaron, al tiempo que agregaron: “Nosotros llamamos a una licitación pública y cualquiera puede presentarse”.

Desde el esquema político donde milita Grabos salieron a cruzar esa afirmación del gobierno quilmeño. Nicolás Caropresi, referente de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), explicó que “no se trata de una regulación de la actividad, sino de un “curro” que deja sin trabajo a los cuidacoches».

De esa forma, apuntó contra el gobierno camporista que gestiona Quilmes. Además, aseguró que la gestión que políticamente lidera Mendoza “cortó abruptamente” el diálogo con los cuidacoches y resaltó que existen otras ordenanzas en municipios como Luján, Paraná o Bariloche donde los “trapitos” pudieron ser absorbidos dentro del esquema laboral.

Por otra parte, desde el MTE, agrupación que lidera Grabois, desmintieron al gobierno de Quilmes y aseguraron que “la ordenanza impulsada por el municipio, en ninguno de los artículos menciona a los trabajadores cuidacoches ni reconoce su trabajo”. Y agregaron: “Es un municipio que se rasga las vestiduras hablando de la crueldad del gobierno de Milei y toman decisiones de espaldas al pueblo”.

Mayra Mendoza tomó licencia en la intendencia de Quilmes pero sigue siendo la jefa política del distrito (AG La Plata)

En ese cruce de versiones y reproches se metió el diputado provincial Facundo Tignanelli, muy cercano a la jefa política de Quilmes. “Poner en duda la empatía que tienen Mayra y Eva con quienes más lo necesitan es lo más lejano a la realidad que existe. Muchos ceden ante extorsiones, bravuconadas o las amenazas de ir a los medios. Se toparon con una compañera que prioriza representar a su pueblo y que no va a ceder al capricho de algunos dirigentes que luego de un tiempo se les pasa y piden disculpas privadas de lo dicho en público”, escribió en sus redes sociales.

Fue un dardo directo a Grabois, con el que un sector de La Cámpora tiene rispideces desde hace tiempo. Porque, aunque no siempre sean públicas, las diferencias existen y generan confrontaciones internas. El dirigente social es resistido en varios sectores del peronismo pero, aún así, y de la mano de Cristina Kirchner, logró llegar al Congreso junto a otros dos dirigentes de su espacio político.

“Juan vive de hacer quilombo. Es el lugar en el que se siente cómodo. Pero hay veces que se pasa de rosca”, expresó un dirigente camporista de largo recorrido. Otro, de la misma agrupación, se manifestó en la misma línea pero fue aún más duro:“Ellos hacen negocios con la marginalidad. Nunca se sabe para quién juega Juan”. Frases que exponen, con claridad, el malestar que hay en la organización ultra K.

Durante la jornada de cruces, se filtró el audio que Mendoza le mandó a Grabois luego de los incidentes que se generaron en la puerta del Concejo Deliberante de Quilmes y que llevaron al dirigente social a cuestionar con dureza la gestión municipal. “Me faltás el respeto, no sé quién te creés que sos, fomentás la violencia”, le dijo la dirigente camporista al flamante diputado nacional.

Los conflictos dentro del kirchnerismo son permanentes y son, además, cada vez más de nicho. “Es una pelea del cristinismo”, aseguró un kirchnerista histórico. Es una realidad innegable. La pelea es cada vez más concentrada. No hay acuerdo ni en los núcleos duros, lo que también muestra la debilidad estructural que genera la falta de conducción.

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