Cristina Kirchner espera en la sede del Partido Justicialista Nacional el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que podría enviarla a prisión este martes 10 de junio. Afuera, militantes, dirigentes sindicales y legisladores circulan por las veredas y entran y salen del edificio, ubicado en la calle Matheu, en la Ciudad de Buenos Aires. En la autopista Panamericana, en tanto, integrantes del gremio SMATA, realiza un corte total de tránsito.
Los jueces de la Corte Suprema se pronunciarían entre las 16 y las 17 horas. Determinarán si le dan lugar a los recursos presentados por la defensa de la ex presidenta para revertir la condena que pesa en su contra por la causa Vialidad. Si los rechazan, la sentencia quedará firme y la ex jefa de Estado tendría que empezar a cumplir la pena a seis años de prisión por administración fraudulenta. Ese escenario es el que desató la vigilia peronista a su alrededor.
Una decena de sindicatos anticiparon que tomarán medidas de fuerza si la condena se confirma. En el lugar pueden verse paraguas verdes y blancos, que corresponden a delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). APL, Bancarios, SMATA, son algunos de los gremios que concurrieron al lugar y se encuentran en estado de alerta. La Confederación General del Trabajo (CGT), en definitiva, emitió un comunicado titulado “La democracia está en peligro”, en el que rechaza la posibilidad de que Cristina Kirchner sea encarcelada. Argumentan que se trata de un acto de proscripción para evitar en el corto plazo que compita en las elecciones.
Por el lado de la dirigencia kirchnerista, las figuras más visibles dijeron presente en forma constante a la hora de mostrarse alrededor de la líder del espacio político que gobernó la Argentina entre 2003 y 2015.
Por caso, Mayra Mendoza, intendenta de Quilmes, Oscar Parrilli, senador nacional, y su compañero de banca en la cámara alta, Mariano Recalde, se acercaron hasta la sede partidaria. “Es un golpe a la democracia”, sintetizó la titular del municipio bonaerense.
Desde ayer lunes, cientos de militantes kirchneristas se movilizaron entre el domicilio de CFK en el barrio porteño de Constitución y la sede de calle Matheu, para expresar su apoyo a la ex presidenta y encarnar lo que denominan la resistencia. El clima de tensión fue en aumento desde el fin de semana, cuando se conoció que la Corte entregaría una definición este martes por la tarde.
Los diputados nacionales Natalia Zaracho y Federico Fagioli, también ingresaron a la sede del edificio. Uno de los líderes de ese espacio, Juan Grabois, expresó a través de la red social X que el país se encuentra en “un Estado de Sitio encubierto”.
El ambiente es de vigilia, con advertencias en forma de cantos que prometen una resistencia, sin especificar como, si la ex presidenta finalmente tiene que someterse a la Justicia y cumplir la condena en una prisión, que podría ser domiciliaria dada su edad. “Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”, es el cántico que emerge desde adentro de las vallas que rodean al lugar.
La primera condena contra Cristina Kirchner fue dictada en 2022 por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°2 (TOF 2), integrado por Jorge Gorini, Rodrigo Giménez Uriburu y Andrés Basso, quienes consideraron probado el desvío de fondos y las irregularidades en la adjudicación de obras viales entre 2003 y 2015. Posteriormente, la Cámara de Casación Penal, a través de su Sala IV, confirmó el fallo en noviembre pasado mediante una sentencia de más de 1.600 páginas, rechazando los recursos tanto de las defensas como de la fiscalía
En la víspera de la reunión de la Corte, Cristina Kirchner encabezó un acto en la sede del PJ, donde expresó: “Estar presa es un certificado de dignidad”. Este martes, la ex mandataria regresó al edificio para reunirse con legisladores de Unión por la Patria, mientras una multitud de militantes aguardaba en las inmediaciones del histórico inmueble.