Logística y delito organizado: desafíos actuales de la piratería de camiones en Argentina

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Víctor Varone es abogado, columnista jurídico y coordinador de la Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones (Foto: Movant Connection)

“El delito de piratería de camiones está asociado al crimen organizado, afecta a la economía, al empleo y a la vida diaria de las personas”, afirma Víctor. Frente a esta problemática, destaca la importancia de articular esfuerzos entre el sector logístico, la Justicia y las fuerzas de seguridad para anticiparse y prevenir.

¿Cómo surge la Mesa Interempresarial de Piratería de Camiones y cuál es su función?

La Mesa nació hace 16 años como una respuesta a los problemas crecientes que afectaban a empresas de logística, dadores de carga y aseguradoras. Lo que comenzó como una reunión de distintos actores del sector, incluyendo a fuerzas de seguridad, fiscales y el Poder Judicial, se transformó en un espacio sostenido que hoy nuclea a más de 100 organizaciones.

Desde entonces, elaboramos un documento anual que sistematiza información sobre los lugares con mayor incidencia de robos, el tipo de mercadería sustraída, las modalidades utilizadas y los patrones detectados. Esto nos permite coordinar acciones, anticiparnos a nuevas formas de delito y proponer políticas públicas. Además, logramos impulsar la creación de áreas especializadas dentro de las fuerzas de seguridad en distintos niveles.

¿Cómo evolucionó la piratería de camiones en los últimos años?

Cuando empezamos, el promedio de robos grandes era de entre ocho y diez por día. Hoy esa cifra bajó a entre tres y cuatro, lo que representa un avance. Sin embargo, la modalidad mutó: antes el objetivo principal eran los electrodomésticos; ahora, alimentos, productos de primera necesidad, útiles escolares y medicamentos.

También se diversificaron las formas de operar. Las bandas dejaron de apuntar solo a camiones de gran porte y comenzaron a centrarse en los vehículos de menor tamaño, especialmente los utilizados para el comercio electrónico. Ahí surgió el «robo de la última milla“: atacar las entregas domiciliarias en furgonetas.

¿Cuáles son las principales modalidades actualmente y cómo se enfrentan?

La piratería de camiones no es un delito menor ni espontáneo: está organizado por células que operan como cualquier otra red criminal internacional. Por eso, desde la Mesa trabajamos articuladamente con las fuerzas de seguridad y las empresas para identificar patrones.

Hoy, las modalidades son diversas: desde el corte de lonas para robar parte de la carga, hasta el uso de inhibidores de señal, bloqueo de sistemas y vigilancia previa. Las bandas se adaptan rápidamente. Nosotros también debemos hacerlo, incorporando tecnología, drones, y sobre todo fortaleciendo el vínculo entre quienes transportan, custodian y controlan la mercadería.

¿Existen zonas calientes para la piratería de camiones?

Sí, antes el delito estaba concentrado en el área metropolitana y sus alrededores. Hoy, el fenómeno se federalizó: hay bandas locales operando en casi todas las provincias. En el pasado, los últimos 150 kilómetros del viaje eran los más riesgosos. Hoy, el riesgo está presente en todo el trayecto.

Las zonas calientes fluctúan. Si sube en el norte, baja en el sur; si sube en la provincia, baja en la ciudad de Buenos Aires. Las bandas se mueven según donde encuentran menos controles. Por eso es clave que la Justicia y las fuerzas de seguridad trabajen el tema como crimen organizado y transnacional, como lo harían con el narcotráfico o la trata de personas.

Para Víctor,

¿Qué responsabilidad tienen los consumidores en este tipo de delitos?

La piratería de camiones persiste porque existe un mercado dispuesto a comprar productos robados. Y cuando la demanda existe, la oferta también. Nosotros decimos que no se roba lo que no se vende. Si nadie comprara esos productos, el negocio se termina.

Esa lógica de “avivada” es peligrosa. Cuando alguien compra un celular, una tele o un paquete de alimentos a mitad de precio, sabiendo o sospechando que fue robado, está validando una cadena de delitos. Esa compra puede terminar afectando la reputación de marcas, provocando despidos y aumentando los precios para todos, porque las aseguradoras trasladan esas pérdidas a las primas.

¿Qué herramientas tecnológicas utilizan para prevenir la piratería de camiones?

Una de las más eficaces es la información compartida en tiempo real. Nosotros armamos un grupo de mensajería interno donde participan empresarios, aseguradoras, fiscales, jueces y fuerzas de seguridad. Cuando se reporta un incidente, en segundos ya están actuando las autoridades del área. Eso hace la diferencia.

También promovemos el uso de tecnología integrada: más cámaras, drones, sistemas de monitoreo con inteligencia artificial. Muchas veces las imágenes que vemos de hechos delictivos son de sistemas privados. Hay que aprovechar eso y trabajar en red. Con tecnología, se puede seguir a un vehículo desde su huida hasta su captura.

¿Cómo se puede minimizar el riesgo desde dentro de las empresas?

El «dato interno» es clave. Muchas veces los hechos delictivos parten de información que sale de la propia empresa. El control humano sigue siendo fundamental. No se puede delegar todo en los sistemas. Hay que escuchar, observar, validar la información, revisar procesos y actuar a tiempo.

Estar atentos a los comentarios del chofer, a las alertas de los supervisores, a los cambios de patrones. La ronda de novedades que hacemos en la Mesa funciona porque cada voz suma. En definitiva, la seguridad no es solo un asunto de tecnología: es una construcción compartida y activa.

¿Cuáles son los próximos desafíos en la lucha contra la piratería?

Tenemos que seguir cambiando la cultura. No solo dentro del sector logístico, sino también en la sociedad. El delito de piratería de camiones está asociado al crimen organizado, afecta a la economía, al empleo y a la vida diaria de las personas. Por eso es fundamental no comprar productos robados, denunciar, participar.

Las buenas ideas no tienen color político. La inseguridad afecta a todos. Y en ese sentido, la Mesa Interempresarial demostró que se puede trabajar con continuidad, más allá de los cambios de gobierno. La clave está en sumar, en coordinar, en actuar. Solo así vamos a poder seguir complicándole el negocio al delito y fortaleciendo el sistema logístico del país.

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