Los gobernadores que caminan por el centro del mapa político dieron este domingo un paso importante para la construcción de un armado nacional. En una misma jugada, el gobernador de Corrientes se incorporó a Provincias Unidas y logró un triunfo categórico en la provincia de la mano de su hermano, Juan Pablo, que se convirtió en el nuevo mandatario.
Los dirigentes que integran el esquema federal no dudaron a la hora de apoyar la candidatura de Valdés en el cierre de campaña. Sobre todo después de que el correntino rompiera relaciones electorales con la Casa Rosada, debido a lo que consideró que fueron exigencias desmedidas por parte de los negociadores de La Libertad Avanza (LLA).
El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguró ayer que el acuerdo entre la fuerza provincial que lidera Valdés y el Gobierno nacional no se cerró porque el gobernador impuso el nombre de su hermano como candidato. “Hubo conversaciones, pero la designación del hermano del gobernador como candidato nos resultó no razonable”, sostuvo en una entrevista con Radio Rivadavia.
Francos tuvo que salir a poner la cara por el magro resultado cosechado por el Gobierno en Corrientes. Lisandro Almirón, el candidato libertario, salió cuarto. Cerca de Valdés fueron terminantes respecto a esas negociaciones: “Lo del hermano es mentira. Querían quedarse con todo en la lista nacional y en la provincial, y poner el sello de ellos. Todo sin ningún tipo de anclaje territorial en la provincia”.
Valdés había acordado su arribo a Provincias Unidas antes de que los gobernadores que la componen la presentaran en sociedad, pero por una cuestión de estrategia electoral, decidió confirmar su incorporación en las horas previas a los comicios locales. Ese movimiento sirvió para poner la nueva marca política en la vidriera, más allá de que la boleta con la que se votó llevó el nombre de “Vamos Corrientes”, el frente local del Gobernador.
“Somos una conjunción de partidos políticos y, a partir del domingo, tenemos que empezar a trabajar otra construcción, que son las Provincias Unidas. Tenemos que unirnos nosotros. Estamos haciendo lo que no hace el Gobierno nacional: unirnos”, sostuvo Valdés el día que cerró la campaña. A su lado estaban los gobernadores Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Zdero (Chaco). Además, también estuvo el ex gobernador cordobés Juan Schiaretti.
La presencia del chaqueño marca la incómoda situación en la que están algunos gobernadores. En su provincia, Zdero cerró un acuerdo con LLA para las elecciones del 26 de octubre. Sin embargo, cruzó la frontera provincial para apoyar a un gobernador que compitió contra el oficialismo nacional y que decidió incorporarse a un armado crítico del Gobierno. “La situación económica y financiera de su provincia lo obliga a estar cerca del Gobierno”, aseguró a Infobae un armador de la nueva estructura federal.
Una situación similar tuvo lugar el domingo en los festejos de la elección. En Corrientes estuvo el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, que en su provincia cerró filas con los libertarios. Lo acompañó Pamela Verasay, segunda candidata a diputada en la lista de fusión entre la UCR y LLA. Poca claridad y movimientos extraños alrededor de la elección correntina. Nada es para siempre. Eso está claro.
El nuevo armado de los gobernadores puede llegar a ser en el 2026 una vía de escape para aquellos mandatarios que quieran tomar distancia definitiva de la Casa Rosada. Pero para que eso suceda Provincias Unidas debe lograr hacer una buena elección en las provincias donde se presente. Es la forma de consolidar un proyecto nacional y encaminar la construcción de cara al 2027.
Serán importantes los resultados en Chubut, Jujuy, Córdoba, Santa Fe y Santa Cruz, donde los gobernadores fundadores del espacio pondrán en cancha la boleta con el sello del nuevo espacio federal. Mientras tanto, a ese proyecto le inyectan votos las coaliciones que se armaron en la provincia de Buenos Aires y la Ciudad de Buenos Aires, y que tienen como nexo central a Schiaretti.
En los días que le quedan a esta semana el “Gringo” va a visitar La Matanza y Tigre. En la primera acompañará a Pablo Dominichini, el primer candidato a diputado de Somos Buenos Aires en la Tercera sección. En la segunda localidad se encontrará con Julio Zamora, el primer candidato a senador provincial en la Primera sección. Se meterá sutilmente en el barro del Conurbano para darle identidad y continuidad a la marca.
Esa masa de dirigentes que hoy busca lugar en el medio del mapa político, se entusiasma con un armado liderado por los gobernadores, con mixtura ideológica, con una identidad de centro y sin la presencia de los exponentes extremos. Incluso, hay quienes creen que la negociación hacia adelante tiene que contener a Axel Kicillof y su grupo de intendentes, pero no a Cristina Kirchner, La Cámpora y los cristinistas de paladar negro.
Son proyecciones que se hacen en el camino del medio y también en algunos sectores del peronismo bonaerense. Para que eso sea una posibilidad concreta, primero los resultados electorales deben ordenar el listado de ganadores y perdedores. Una vez que se conforme el nuevo Congreso y todos los actores sepan sus debilidades y fortalezas, comenzará la negociación para construir un proyecto nacional que pueda competir en dos años con la propuesta de La Libertad Avanza.
A fin de año, cuando se armen los bloques nuevos en las dos cámaras del Congreso, en Provincias Unidas esperan poder sumar a representantes de otros gobernadores y a algunos legisladores sueltos para poder construir un bloque voluminoso, que tenga poder y capacidad de negociación frente a la Casa Rosada.
Marcelo Orrego (San Juan), Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán) son algunos de los que suenan. Las opciones electorales y los resultados diseñarán, inevitablemente, otro tablero político, donde se comenzará a jugar la próxima elección y la reorganización de las principales fuerzas políticas del país.