Hombre paralítico en Arizona se convirtió en el tercer paciente en recibir un implante cerebral de Neuralink

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Neuralink desarrolla dispositivo que permite a pacientes con parálisis manejar computadoras con su mente. (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration/File Photo)

Un hombre de Arizona, diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), ha logrado comunicarse nuevamente gracias a un implante cerebral desarrollado por Neuralink, la empresa de tecnología fundada por Elon Musk.

Según informó Fox News, Brad Smith, padre de tres hijos, se convirtió en la tercera persona en recibir este dispositivo, siendo además el primer paciente con ELA y el primer individuo no verbal en someterse a este procedimiento.

A través de una publicación en la red social X, Smith compartió su experiencia y agradeció a Musk por la oportunidad: “Estoy escribiendo esto con mi cerebro. Es mi principal forma de comunicación”.

Smith, quien fue diagnosticado con ELA en 2020, está completamente paralizado y depende de un ventilador para respirar. A pesar de estas limitaciones, ha logrado utilizar el implante cerebral para controlar el cursor de su computadora portátil y editar videos.

En un video que compartió, explicó que este fue editado utilizando el dispositivo de Neuralink, lo que podría marcar un hito en el uso de interfaces cerebro-computadora (BCI).

El chip cerebral busca restaurar funciones motoras mediante la lectura de señales neuronales en tiempo real. (X/@ALScyborg)

La narración del video fue realizada con una versión clonada de su voz, generada mediante inteligencia artificial a partir de grabaciones previas a la pérdida de su capacidad de hablar.

La esclerosis lateral amiotrófica, también conocida como la enfermedad de Lou Gehrig, es una condición neurodegenerativa progresiva que afecta las células nerviosas del cerebro y la médula espinal. Con el tiempo, los pacientes pierden el control muscular hasta quedar completamente paralizados.

Aunque la enfermedad no afecta las funciones cognitivas, su impacto físico es devastador, con una esperanza de vida promedio de tres años tras el diagnóstico. Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes puede vivir más de una década.

El implante de Neuralink, que tiene un grosor de aproximadamente 4,4 centímetros, fue colocado en el córtex motor del cerebro de Smith, la región responsable del control del movimiento corporal.

Este dispositivo capta las señales neuronales y las envía a una computadora conectada, donde un sistema de inteligencia artificial procesa los datos en tiempo real para interpretar los movimientos que Smith desea realizar con el cursor en su pantalla.

Hombre paralítico en Arizona se convierte en el tercer paciente en recibir un implante cerebral de Neuralink. (X/@ALScyborg)

Según explicó el propio Smith, esta tecnología le ha proporcionado “libertad, esperanza y una comunicación más rápida”, mejorando significativamente su calidad de vida.

Además de su impacto personal, Smith expresó su gratitud por formar parte de un proyecto que podría beneficiar a muchas otras personas en el futuro. “Estoy feliz de estar involucrado en algo grande que ayudará a muchas personas”, afirmó.

También destacó su fe como un pilar fundamental en su vida, señalando que, aunque no comprende completamente por qué le tocó vivir con ELA, confía en que tiene un propósito mayor. “Dios me ha bendecido a mí y a mi familia de maneras inesperadas”, añadió.

Expertos médicos han elogiado los avances logrados con Neuralink. La doctora Mary Ann Picone, directora médica del Centro de Esclerosis Múltiple en el Holy Name Medical Center de Nueva Jersey, calificó el desarrollo como “asombroso”.

A través de una publicación en la red social X, Smith compartió su experiencia y agradeció a Musk por la oportunidad. (X/@ALScyborg)

Según explicó a Fox News Digital, esta tecnología permite a los pacientes con cuadriplejía controlar dispositivos electrónicos mediante sus pensamientos, lo que representa un avance significativo en el campo de las interfaces cerebro-computadora.

Sin embargo, también advirtió sobre los riesgos asociados al implante, como infecciones quirúrgicas, hemorragias y posibles daños al tejido cerebral.

Por su parte, el doctor Peter Konrad, presidente del departamento de neurocirugía en el Instituto de Neurociencia Rockefeller de la Universidad de Virginia Occidental, describió el caso de Smith como una “demostración notable del poder de la tecnología impulsada por inteligencia artificial”.

Aunque no participó directamente en el tratamiento de Smith, Konrad destacó los avances logrados en los últimos años en dispositivos neuronales, pero subrayó la necesidad de desarrollar tecnologías más accesibles y menos dependientes de equipos especializados. “Por cada Brad Smith, hay cientos de miles de pacientes discapacitados esperando acceso a esta tecnología”, afirmó.

Según los expertos, el próximo paso será ampliar el acceso a estos dispositivos mediante la formación de médicos, ingenieros y fabricantes que puedan implementar esta tecnología a mayor escala.

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